mercredi 25 avril 2012

El trabajo de Magda Rivera con niños migrantes

 
foto de Jorge Flores
Un registro del trabajo de mi amiga Magda Rivera Carrillo, de Sonora, activísima promotora de lectura: 

1. La comisaría Miguel Alemán forma parte del Municipio de Hermosillo; es la comunidad migrante más grande de México.
Cada año llegan miles de hombres y mujeres a trabajar a sus campos agrícolas. Algunos se quedan solo a la pizca, otros
se van en busca del sueño americano, otros tantos regresan a sus lugares de origen: Oaxaca, Veracruz, Puebla, etc.
Un puñado se queda definitivamente a vivir aquí. A este rincón de la patria, a esta Tierra de los Remolinos.

2. Pedro Gómez, es una de esas personas. Tiene 22 años aquí, fundó una A.C. que busca mejorar las condiciones de vida de la
comunidad mixteca. Lo conocí hace dos años, en el Museo de Culturas Populares, cuando se presentó
el montaje teatral: "La Boda Mixteca". Recientemente, tuvimos contacto en un programa asistencial promovido por la Comisión
Estatal de Derechos Humanos. A raíz de ese encuentro, se dio la posibilidad de abrir un cículo de lectura en su colonia,
Ampliación Jesús García.

3. Desde hace tiempo, tenía la inquietud de hacer un proyecto con las comunidades indígenas de Miguel Alemán; me pareció
que ir a compartir la alegría de los libros era algo que podía hacer sin riesgos ni contratiempos, sobre todo, porque ya contaba
con un contacto reconocido por la comunidad.

4. Un sábado de mayo fuimos a visitar a Pedro y acordamos que el 5 de Junio sería la primer sesión y así fue. Este domingo 12
fue la segunda sesión para compartir la lectura bajo el tejabán de su casa, enseguida de los rosales.

5. ¿Qué puedo decir? Coloqué libros en un tendedero, una mesita, y en el suelo. Yo quería ver cómo se relacionaban con los libros.
Qué reacciones causaban en ellos. Los invité a observar las portadas de esos libros, que miraran con atención, y que eligieran uno.
Algunos niños muy pequeños tomaron dos libros con la avidez con la que se coge un juguete. Luego, se sentaron en las colchonetas
y empezaron a leerlos y se hizo un silencio, no total, pero es un silencio muy particular, de ese silencio donde solo se escuchan
unos murmullos de viento, el ruido de las hojas... Enseguida propuse comentar qué dicen las portadas de los libros, qué imaginamos que nos cuenta el libro que acaban de escoger. Muy bien: ¿quién quiere decir de que se trata este libro? Yo, yo,...A ver...Dime: ¿de que crees que habla?..De una dona, De una dona?, Sí, una dona....(viendo la portada del libro Ziraldo)...Así seguimos: se acerca Marcelo, a ver dime de que habla tu libro? De una gallina. Y muestra la imagen de la gallina...Así seguimos un buen ratito. Hasta aquí todo bajo "control". Pero, como la calma presagia tormenta, es unos momentos, aquel oasis se transforma en un mar de voces y patadas por doquier...Jorge, intenta calmar a Marcelo principal cabecilla de un grupo de pequeños incendiarios.


Pongo música. Se acercan curiosos, es una canción en mayo, les explico, que los mayos es un grupo indígena de Sonora.
Pregunto, quien habla mixteco, -yo, quien habla zapoteco?, -yo, quién habla triqui?, -yo contesta por tercera ocasión Rocío.
Marcelo y los cinco, juegan a las luchitas;se dan patadas, ruedan por el suelo, jalan las
colchonetas, piden que Jorge les haga "taquito"...tomo un extremo del colchoncito y los niños se trepan como arañitas, trato de jalarlos
pero ellos siguen pegados como ventosas....

Están muy inquietos, un niño de apellido Trujillo, sugiere: "agarre una vara y pégueles a todos".

Los niños devoran los libros, los toman, hacen un catalejo con ellos, los mastican por las orillas, observan detenidamente las imágenes, se miran unos a otros, señalan con un dedito, comentan entre sí algo que ha llamado su atención y que les dibuja una sonrisa, se pelean, se recuestan en las colchonetas, las jalan, compiten por estar en el primer círculo de lectores oyentes, hablan al mismo tiempo, se disputan el turno, vuelven a pelear, quieren agua, interrumpen el cuento del coyote y el conejo. El más atento
es un cuñado de Pedro que se acerca a escuchar y a mover la cabeza divertido con la narración de las peripecias de estos animalitos...

Frente a mi tengo una veintena de caritas forradas de tierra y mocos, se mueven con a hambre de atención, de cuidado, de ternura...miro sus pies descalzos, sus caritas manchadas, su cabello, sus manitas...la mayoría está mudando dientes, son unos amores...
¿Que más puedo decir? Ahi está todo en las fotos. Consegui 20 libros para ellos...Hasta ahi la historia

Dos registros de Magda pueden leerse en este blog, en mayo 2010 y mayo 2011




Un poema para los más pequeños

SINFONÍA DE CUNA
Texto Nicanor Parra. Ilust. Enrique Martínez.
Sesión 2 de diciembre 2011. Escuela primaria de la comunidad de San Isidro, Sala de Lectura Perro Azul.por Lirio GB

Este poema narra la historia de un ángel terrible; como diría Rilke Jeder Engel ist schreklich. Un ángel sucio, desobediente, desordenado pero en suma, muy simpático. Se trata de un poema del gran Nicanor Parra, que va contando las aventuras y desventuras de este curioso personaje alado a lo largo del libro. Las ilustraciones son muy divertidas y tienen tanto movimiento como el travieso texto. Al final está el poema integral, por si lo quieres leer de corrido. 

Lo leí a los niños del salón de 1o y 2o de primaria (entre 6 y 8 años). Fue un éxito, primero porque el ritmo del poema es casi como una canción o una danza, y luego porque el personaje los enganchó de inmediato y sus aventuras los hicieron reír. Les pareció extraño que un ángel, que en la iconografía católica siempre es esbelto y elegante, se viera transformado aquí en un ser panzón y sin gracia. Les gustó mucho la lucha del ángel con el poeta y hubo exclamaciones cuando se sugería que el àngel “hubiera sido Lucifer...” Al final de la lectura, una de las niñas exclamó, señalando a un compañero llamado Ángel (que además es muy lindo): “¡Aquí sí tenemos a un ángel de verdad!”. Como siempre, de inmediato varios niños alzaron la mano, casi gritando “Me lo apartas, me lo apartas”, para llevárselo a casa a la hora del préstamo.

A, B y C, un libro para pre-adolescentes


A, B, y C
Jesús Heredia Caamaño
Il. de Abraham Balcázar R.
Colofón, 2010
registro-reseña de LGB

En este libro ilustrado, casi un álbum, hay tres personajes, tres caracteres, tres temperamentos y tres perspectivas, aunque haya cuatro voces. Los pensamientos de tres chicos de secundaria se completan con los comentarios del autor, voz exterior esencial. Se trata de el relato del primer día de clases en la nueva escuela de estos tres personajes, con sus impresiones, sus costumbres y sus nuevas experiencias. Los gestos cotidianos parecen pequeños pero construyen las grandes ocasiones.

El texto es claro y conciso. Recrea la atmósfera de ese primer día de clases, con las cosas propias de cada chico: peinarse, desayunar, trasladarse a la escuela, qué hacer una vez allí... Los hábitos de la pre-adolescencia están retratados de manera fiel, esa fragilidad bajo una coraza, la preocupación por el propio aspecto, el apetito dessmedido de algunos, la preocupación por lo que los compañeros piensen de uno...

Las ilustraciones constituyen un acompañamiento ideal para el texto. Las primeras imágenes se presentan en sepia, y a lo largo del libro, poco a poco van adquiriendo color. Al final, el mundo cambió de alguna manera, gracias a la amistad que ha surgido entre los tres chicos, y con el color, vienen formas, luz, olores y sensaciones más intensas que al principio de la historia.

Leí este libro a chicos de 5o y 6o de primaria, justo la edad de antes de la secundaria. Durante la lectura, muchas sonrisas y signos de identificación. Miradas atentas, curiosas, cómplices y esperando ansiosas lo que sigue. En la actitud de estos chicos, está cierta angustia ante lo desconocido, ante lo que dentro de poco los espera: una escuela nueva, nuevos compañeros y sobre todo un sistema completamente diferente al de la primaria. Este libro les ayuda a anticipar la emoción del descubrimiento.

Les da risa cuando los tres personajes se preparan a salir de sus casas, como si reconocieran las cosas que ellos mismos hacen antes de salir a la escuela: preocuparse por el peinado, por lucir bien, por la ropa que de pronto queda chica, por lo que se va a desayunar... También les encanta cuando uno de los personajes hace una caricatura “fenomenal” del maestro.

Tiempo después, en la Sala de lectura, varios chicos entre 10 y 11 años se aíslan para leerlo. Creo que es una obra que acertadamente toca muy de cerca a los pre-adolescentes, que les habla de algo que conocen y que les da gusto encontrar fuera de ellos mismos.

Este libro ha tenido una gran circulación. Por desgracia, unas niñas que salieron de la escuela, se llevaron el primer ejemplar que tuvimos. Gracias a la atención del autor, pudimos reponerlo y ahora de nuevo circula cada semana. Tuve que “rescatarlo” para poder escribir esta reseña.






lundi 26 mars 2012

Sobre el miedo



Entre la gente que admiro, está Clauda Gabriela Najera, bibliotecaria escolar y autora de ...pero no imposible (Océano, 2007).  Aquí, una muestra de su (valiente) trabajo: 
 
"Ardilla miedosa" ayuda a ahuyentar el miedo.

Fíjense que un viernes de enero, estábamos tranquilitos en la escuela, se había acabado el recreo (eran como las 11:40am), el día estaba nubladito, éramos pocos porque el direc, el sub, el profe de educ física y los maestros de algunos grupos no estaban en la escuela (por diferentes compromisos, unos académicos y otros sindicales). El caso es que todo transcurría tranquilamente cuando ¡De pronto! el chirriar de llantas, el ulular de patrullas... una típica persecución chihuahuense entre policías y ladrones justo a las puertas de la escuela. Por el lado de la calle abatieron a un delincuente justo en las ventanas de 1o y 2o grado, ya saben, con el florido lenguaje de nuestro heroico cuerpo de seguridad, seguido del más florido vocabulario del delincuente y con la consabida lucha cuerpo-a-cuerpo-pistola-en-mano. Total que las maestras de esos grupos se asustaron porque, claro, el riesgo de que se desarrollara una balacera era evidente. Sacaron a sus chavalos de las aulas y corrieron a la parte de arriba de la escuela, a resguardarse. La persecución continuó pues faltaban otros pillos por atrapar así que de pronto nos vimos rodeados de polis y patrullas.

Uno se alarma, claro, uno nunca sabe cómo terminará el suceso. Las maestras se asustaron más, algunos niños empezaron a llorar pidiendo a su mamá, otros preguntaron entusiasmados "¿va a haber balazos? ¿Nos van a matar?" (pa´que se imaginen cómo andan las cosas por acá y cómo están creciendo nuestros niños); hubo una crisis por intentar cerrar la escuela para que no pudieran meterse a ella, en fin, minutos de angustia ¿ya se los imaginaron? Afortunadamente no pasó a mayores y los delincuentes fueron finalmente sometidos. Maestras y niños volvieron a las aulas y.... claro, esta terca bibliotecaria se le ocurrió que, tal vez, leerles un cuento vendría bien para ayudar a calmar los ánimos; bueno, también dudé si sería pertinente o no, de hecho fui por el libro a la biblio y me encaminé a los salones y luego me regresé a la biblio y finalmente volví a los salones (o sea, dudé y batallé en decidirme).

Pregunté si querían que les leyera el cuento de la ardilla miedosa y los chicos dijeron que sí!!!. Así que ahí me tienen, leyéndoles el cuento "Ardilla miedosa" de Melanie Watts, Ediciones SM.... Fue lindo porque había niños aún llorando, sin embargo cuando fueron escuchando la historia se acercaron, se sentaron en el suelo y estuvieron atentos, finalmente la historia y la manera como se las leí les provocó risas y esos ojitos llorosos se iluminaron; quienes no habían llorado también disfrutaron esos 5 minutos de literatura... y las maestras se calmaron... y yo corroboré que también la literatura sirve en tiempos de crisis...

Fue lindo leerles ese cuento que me gusta tanto y que "casualmente" el día anterior yo había llevado en donativo a la biblio porque no es parte de nuestro acervo. ¿Cómo ven?, lindo ¿verdad?

TAMBIÉN LOS INSECTOS SON PERFECTOS



Registro-reseña de un libro de
Alberto Blanco. Ilustr. Diana Radaviciuté, trad. al inglés del autor
Editorial CIDCLI
El libro de hoy habla de los insectos. Son pequeños poemas en versión bilingüe, español-inglés, como su nombre lo indica, sobre diferentes insectos. El formato es el clásico de CIDCLI, de ideales dimensiones para mostrar en una lectura porque las ilustraciones ocupan una página entera. En cada página de la izquierda, un hermoso dibujo ilustra el poema sobre la libélula, la luciérnaga, la mariquita, las hormigas... no son los dibujos convencionales y pseudo-científicos de muchas obras sobre el tema: los insectos están “disfrazados” de la manera más divertida, los colores son sostenidos y el trazo es seguro. Estos insectos más bien parecen pequeños señores, pequeños gnomos no muy bonitos, pero atractivos por sus ropas y los ambientes donde se mueven. Los hay que habitan un zapato, los hay que se sientan al borde de un cajón de ropa o que exploran la floresta. Estos dibujos reflejan de maravilla la actividad incesante de los insectos. Los poemas son casi haikús, brevísimos y concisos pero muy bellos. Las traducciones al inglés son excelentes; siguen el ritmo y la rima de los poemas originales.
En la escuela hoy sólo está el grupo de 1o y 2o de primaria. Están en el patio, por alguna razón y decidimos que es un buen lugar para leer hoy. El clima es perfecto, ni frío ni calor y también la luz es ideal.
Durante la lectura, los niños se sientan en medio del patio, a mi alrededor. Están fascinados con los poemas y las ilustraciones. A veces piden alguna explicación; hay palabras que les parecen difíciles como luciérnaga y libélula. Cuando aclaramos lo que son, quieren hablar de su experiencia con las luciérnagas (“por mi casa hay muchas”, “una vez me puse una en la mano y brillaba bien padre”. Todos tienen también mucho que contar sobre las hormigas, como cuando leo que el hormiguero es un volcán y Nitzi (6 años), dice: “Nos pican las nachas”.
Les explico que este libro viene en español y inglés y me piden que les lea algunos de los poemas en inglés, lo cual hago con gusto. Leo Ladybug, The Locust y The bee. Les gustan tanto que tengo que repetirlos varias veces (ya antes los leímos en español). Es como si la sonoridad del inglés fuera como una música que no necesariamente se necesita entender para sentirla y disfrutar.
De pronto Fernanda (6 años) se propone para leer (en español, claro). Luego Bere (7), luego Vicente (6). Leen “La abeja”. Parecen muy orgullosos de poder leer estos bellos poemas enfrente de sus compañeros, algunos con mayor, otros con menor dificultad. Los demás escuchan respetuosamente.
Este es, sin duda un momento privilegiado, en el patio de esta escuela rural, bajo el sol invernal del Bajío, rodeados de mezquites y eucaliptos, respirando aire fresco, compartiendo en dos idiomas palabras que vuelan como abejas a nuestro alrededor...  

EL NIÑO PINTOR, registro-reseña



por Lirio Garduño-Buono
Marco Antonio Montes de Oca. Il. Philippe Béha. CICLI, México, 1984-2001.
(Sesión de la Sala de Lectura Perro Azul, que se desarrolla en la escuela primaria de la comunidad rural de San Isidro, Guanajuato, un viernes de diciembre 2011).
Hasta ahora nunca he conocido a ningún niño a quien no le guste dibujar, y menos aún, a quien no le guste pintar, con todo lo que esto comporta de embadurnamiento y sensual manejo del color.
Leo este libro a los niños de 3o y 4o año de la escuela primaria donde hago cada ocho días mi sala de lectura. La lectura se desarrolla en completo silencio de parte del público, lo cual quiere decir que el libro les está gustando mucho. En general, cuando un libro es fastidioso, demasiado largo o de plano les parece malo, empiezo a ver y a oír ojos que se van, cabezas que se mueven, bocas que susurran... No es el caso para nada hoy. El texto de El Niño Pintor tiene mucho de fantástico sin dejar de lado la verosimilitud. Crea un mundo donde todo lo que pasa tiene una lógica propia. Por algo este cuento fue escrito por un gran poeta. Tanto en el lenguaje como en la historia, hay una dimensión poética indiscutible. Se trata de un niño que dibuja y pinta aureolas y se las cambia a las personas por “el espacio vacío entre el hombro y la cabeza”. Las personas se van felices con sus aureolas. La aureola es una bendición. Sirve en el libro para calentarse la cabeza y alumbrar el camino. El niño mete los espacios que ganó en trueque “en la bolsa de la noche”. Ya en su casa, le pide a su madre que cosa estos espacios en una gigantesca colcha de parches que se lleva a un terreno despoblado en las afueras de la ciudad. Allí extiende su colcha y de ésta surge un jardín extraordinario donde animales y plantas van a vivir de inmediato. El niño no sólo extiende su jardín sino que enseña a todos los niños de su escuela a pintar aureolas y a conseguir espacios para confeccionar estas colchas mágicas.
Las ilustraciones son alegres, vivas y llenas de movimiento; les encantan. La paleta es fresca y los personajes tienen cierto aire pícaro. El formato cuadrado que ocupa toda la página embona perfectamente con el texto en la página opuesta. Esta es una cualidad del trabajo editorial, así como el tamaño de los caracteres que facilita mucho la lectura y entra en completa correspondencia con las dimensiones de la página y con los dibujos.
Durante la lectura, me interrumpo por momentos y les pregunto de qué se trata la historia. Responden siempre acertadamente. Algo que puedo apreciar, es que el acto de pintar las aureolas les fascina y algunos de ellos me dicen que quisieran pintar algunas. Los invito a hacerlo. Quien sabe, quizá nuestra comunidad pudiera convertirse algún día en un hermoso jardín...