por Lirio Garduño-Buono
Hace
algunos años, envié al autor austtraliano Shaun Tan un reportaje
sobre el trabajo que los adolescentes internos en el Tutelar para
Menores hicieron en mi taller de literatura y arte. De la manera más
gentil e inesperada, este genial autor (no exagero) me respondió,
enviándome un grabado, una carta y otro de sus hermosos libros, en
español.
El
libro en cuestión se llama Cuentos de la Periferia, y es una
colección de relatos fantásticos sobre lo que puede pasar en
cualquier suburbio de cualquier ciudad del mundo. Los textos
exploran la facultad de maravillarse y apelan a nuestra imaginación
para construir mundos nuevos dentro del mundo de lo cotidiano. Las
ilustraciones son magistrales, hechas con un gran dominio técnico y
dotadas de una voz poética y profunda. Son dibujos realistas de
seres extraños, de lugares desiertos y desolados, de interiores a la
vez familiares y como sacados directamente de un sueño. Los hay a
color, los hay en blanco y negro a lápiz; algunos son collages
disparatados y surrealistas.
Está
la historia de Eric, el estudiante extranjero que pasa algún tiempo
con una familia y de repente se marcha sin explicaciones. Está la
familia que descubre que en su ático hay un jardín toscano. Están
las instrucciones para fabricarse uno mismo una mascota en una caja
de cartón, el cuento de una ballena que apareció una mañana en un
jardín y el relato de un extraño viaje con el abuelo.
Todas
estas historias nos fascinan y nos transportan a otro mundo, y como
Shaun Tan es un poderoso creador visual, decidí trabajar esta vez
con sus imágenes.
Es
curioso porque cuando uno lee el libro, las imágenes acompañan y le
siguen el paso a los textos. Pero curioso es también que separadas
de él, siguen funcionando.
Llegué
al grupo de 5o y 6o de la primaria donde hago mi Sala deLectura con
el libro y fotocopias de 6 ilustraciones. Al azar las fui
repartiendo y les dije que este día no les leería, que hoy les
tocaba a ellos escribir. Al principio no entendieron muy bien de qué
se trataba pero les mostré el libro (ya había leído una o dos
historias antes) y les expliqué lo que haríamos. Primeramente,
tenían que observar detenidamente la imágen que les había tocado,
y a partir de ella, escribir una historia. Conforme fueron viendo
las diferentes imágenes, muchos de ellos quisieron cambiar las
suyas. Luego sin más, se pusieron a trabajar.
Los
resultados fueron estos:
Imágen
de un buzo en una calle de los suburbios, del cuento Juguetes
Rotos.
Luis
Miguel Palafox Marín
“Había una vez un pueblo fantasma que se llamaba México. Hace
muchos años en el pueblo fantasma era pura agua. Sí había casas
pero no había gente y de pronto bajó de una nave un alienígena.
Estaba disfrazado de buzo, estaba muy feo. Hacía mucho viento,
volando las hojas, cchiflando el aire, dos aves nada más viendo una
sola nube; estaba oscuro y luego de veinte años el pueblo de pobló
y estaba muy alegre el pueblo.”
sobre
las imágenes del cuento Erik
Elena
Guadalupe Argote Ramírez
La
Despedida
“Había
una vez un niño muy raro que vivía en una casa. Se llamaba Erik.
Iba a la escuela, tenía amigos, pasaban y pasaban días y días.
Era muy raro, parecía muchas cosas, como un trinche. Algunas
persoonas no le hablaban porque era raro; algunas personas le decían
que era muy feo, que era un extraterrestre. A él le gustaba
coleccionar muchas osass, como basura que a él sse le hacían
importantes. Un día se fue. Todos sus amigos se quedaron muy
tristes. Y nunca volvió.”
Alejandro
Palafox Álvarez
Había
una vez en un día soleado en un lugar abandonado, un extraterrestre
llamado Llamita. Llegó porque el agua invadió su planeta de fuego
y assí lo obligaron a irse. Me contó todo pero yo no sabía qué
decirle y se puso muy triste.
No
comía, no jugaba y no convivía, pero de repente le entró la razón
y dijo: “Iré a luchar. Si tengo que apagarme, lo haré pero me
apagaré defendiendo mi planeta.”
Entonces
busqué una hoja, se la di y llamita sopló y se dirigió a su
planeta. Pero antes me dijo: “No hay que huir de los problemas;
hay que enfrentarlos. Y se fue en la hoja.”
Rosa
María Palafox
“Había
una vez un tenedor. Llegó a una extraña casa. Tenía un amigo
ahí. Y el amigo le dijo: “Te preparé tu habitación”. “No,
me dormiré en la cocina”.
Pasaron
dos semanas. La mamá del amigo de Erik le dijo: “tu amigo es un
extraterrestre o un tenedor. Y Eric escapó y fue por sus cosas. Y
voló por la ventana de la cocina.”
Juan
Antonio G. C.
La
Sorpresa a los humanos
“Había
una vez en una noche espantosa un extraterrestre que entró a la casa
en la que vivían unos jóvenes. Entró y se comió mucha comida y
dejó un poco desordenada toda la cocina, pero también dejó una muy
hermosa y bonita sorpresa: en una mesa dejó cosas. A la
medianoche uno de los jóvenes se levantó y vio lo que había
dejado; vio la ventana abierta y hacía mucho frío. Cuando fue a
cerrar la ventana vio al extraterrestre que le decía adiós y se fue
a dormir y cuando despertaron vieron qué buena sorpresa. Les gustó
tanto que quisieron abrir la ventana a ver si lo podían volver a
ver. De hecho, se dieron cuenta que ya no iba a volver.”
Sobre
una imagen del cuento La Historia del Abuelo
Televisiones carnivoras
Blas
Gerardo Arias Landín
“Había
una vez dos muchachos en la montaña. Iban por la montaña y
encontraron televisiones con vida. Los muchachos se sorprendieron.
Uno hizo ruido, las televisiones escucharon y los muchachos corieron.
Ellas los siguieron con colmillos en la pantalla. Los muchachos
subieron al auto y escaparon a su casa. Al llegar, planearon cómo
destruirlas. Al día siguiente fueron de nuevo con las televisiones,
las mojaron y se descompusieron. Los niños fueron felices para
siempre.”
Martín
Granados Aguilar
“Una
vez, una noche de luna llena las televisiones que no servían
cobraron vida y salieron a la calle ahuyentando a las personas de la
ciudad hacia otros lugares, por lo tanto, se iba quedando sola la
ciudad.
Las
pocas personas que quedaban subieron a un carro y se fueron a
Australia y se quedaron ahí por un tiempo.
Las
personas que se quedaron ya no regresaron por temor a las
televisiones. Por un tiempo la gente se preguntaba si ya se habían
ido, así que un voluntario fue. No veía nada así que avisó a los
demás por un radio y las televisiones se habían descargado por no
enchufarse”.
Rosalinda
Rocha
“Había
una vez dos niños que iban caminando en la noche. Uno traía una
pala y entonces iban tranquilamente cuando vieron muchas teles, eran
siete. Fueron a verlas y las teles se pararon: tenían pies y
manos. Entonces los niños corrieron y las teles estaban
enojadas...Corrieron al carro.
Como
eran muchachos grandes, prendieron el carro y se fueron a su casa y
le contaron a su mamá.”
Sobre
una imagen del cuento Velatorio
Perros
sobre muebles
Edgar
David Vélez Higuera
Los
perros hipnotizados
“Había
una vez en un día soleado, una pandilla de perros de diferentes
razas. Andaban por la calle y el perro Capitán dijo: “La llegaada
de nuestra nave está a punto de suceder y me voy a ir yo y todos
ustedes van a quedar inmovilizados durante 15 minutos”.
Llegó
la nave y se llevó al capitán de los perros. Todo pasó como había
dicho el perro capitán: los perros quedaron hipnotizados durante 15
minutos pero después el capitán ya nunca llegó. Todos los perros
quedaron muy tristes porquese había ido y otro perro quedó de
capitán. Ya nunca más llegó la nave. Todos los perros aullaron
en señal de agradecimiento y desde entonces todos vivieron felices.”
Me
fascina comprobar cada vez, que la imagen en un poderoso catalizador
para las palabras. Ideas, vivencias, sueños y fantasías surgen en
nosotros a partir de una imagen fuerte. Shaun Tan es el campeón de
las imágenes significativas y claro, también de hermosos textos.
Es un artista total y gracias a su generosidad, niños de este lado
(lejano) del planeta pueden disfrutar, soñar y crear.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire