http://lij-jg.blogspot.com
En octubre 2001, recibí uno de los más fuertes flechazos de mi vida. Fui traductora e intérprete en la 2ª edición del seminario "Leamos de la Mano de Papá y Mamá", organizado por Conaculta, Cerlalc y la Embajada de Francia en México. A raíz de este evento, fundé en mi comunidad la Sala de Lectura Perro Azul, que contra viento y marea sigue funcionando. De 2004 a 2008 trabajé con jóvenes internos en un Centro de Detención, también como instructora de libros y lectura.
A través de todo este tiempo, he acumulado registros, reportajes, fotos, cartas de colegas, traducciones sobre el tema, crónicas y demás. He decidido hoy sacarlos a la luz y destinarlos a todas las personas profesionales o no, dedicadas a la promoción de la lectura en Latinoamérica y a los interesados en otros países.
En este tiempo de gran violencia en el cual la brutalidad y la ignominia ganan terreno sobre la espiritualidad (por lo menos en México), creo que es más que nunca necesario buscar alternativas nuevas y acercar a niños y jóvenes a los libros.
Este sitio tiene un doble propósito:
1.- Dar a conocer en México y en el extranjero mi propio trabajo y el de mis colegas, así como mis libros preferidos para niños y jóvenes, sobre todo aquellos de autores mexicanos.
2.- Difundir en Latinoamérica artículos, registros y reseñas que no hayan sido traducidos al español, sobre todo los provenientes del ámbito francófono, que conozco bien.
Me propongo hacer un blog que se mueva, que genere preguntas y contactos, que sirva de puente y de foro. Así que invito a mis lectores a hacer comentarios, consultas y a expresarse en él. Los textos se renovarán cada dos meses, aunque si el flujo de información es mayor, lo haré más seguido. Mi fuentes serán mi propio trabajo (registros de sesiones de lectura, críticas y reseñas de libros, fotos, reflexiones) y los artículos que colegas u otras personas tengan a bien proponer para su publicación. Aunque aparecerá en español, algunos artículos también tendrán su traducción al francés y/o al inglés.
Invito pues a todas las personas interesadas en la lectura, en la educación, en la literatura, en la relación texto-imagen y en la teoría sobre procesos lectores a leernos y a participar.
Saludos cordiales de
Lirio Garduño-Buono
PRÉSENTATION
Ce blog prétend diffuser mon travail comme promotrice de lecture et spécialiste des livres pour la jeunesse et aussi faire connaître les travaux d'autres personnes, professionnels ou pas, intéressés par les livres et la lecture.
PRESENTATION
This blog is a place where books and reading for children and young people will be represented. I will publish my own work as a promoter of reading and the work of other persons interested in the subject.
mercredi 29 juillet 2009
¿Quién soy?
Lirio Garduño-Buono
Pintora y poeta
franco-mexicana.
BREVE CURRICULUM ó LA HISTORIA DE MI VIDA.
Nací en la ciudad de México en 1960.
Escribo poesía desde que tenía 8 años, y publico desde que tenía 17, cuando participé en el taller de Paula de Allende, en Querétaro. Mis poemas aparecieron en “Uno más uno”, “Tierra Adentro” y “La Jornada”. Participé en la “Asamblea de Poetas Jóvenes de México”, de Gabriel Said (s. XXI, 1981). Hubo sin embargo un hoyo negro en mi trabajo como poeta, de 1983 a 1998, años en los cuales viví en París, Francia. Allá me casé y tuve una hija; trabajé como intérprete y como ilustradora. También hice exposiciones de pintura.
Regresé a México en 1998 con mi familia y escogimos para vivir la luminosa ciudad de Guanajuato. Sigo pintando y escribiendo. Publiqué los libros de poesía “Un viaje” (UG, 2001, “El duende de las cosas repetidas”, (La Rana, 2006) e “Historias Naturales”, libro ilustrado para niños, en colaboración con mi hija Nina Buono (2007, Casa Municipal de la Cultura de Gto.) Dos de mis reportajes aparecieron en el sitio web de la Editorial Taschen, de 2005 a 2007.
En 2001 fundé la Sala de Lectura “Perro Azul” para los niños de mi comunidad, San Isidro, a 10 km de Guanajuato. Hasta la fecha sigue funcionando y cuenta con un acervo bastante simpático y consistente. También comparto mis libros y los de mi Sala, con los jóvenes del Centro de Internamiento para Adolescentes, (DGRSA), ex Tutelar de Guanajuato. Allí imparto talleres de promoción de la lectura desde 2004, experiencia a partir escribí el libro “Memorias del Médium”, para el cual obtuve la beca de Ayuda a la Creación del Instituto de Cultura de Guanajuato en 2007. Traduzco textos para niños, del francés y del español.
He diseñado vestuario para la escena, hablo cinco idiomas y un cuarto. Me encanta la música, aunque toco muy mal el piano.
LIRIO GARDUÑO-BUONO
poète et peintre
franco-mexicaine.
liriojp01@hotmail.com Apartado 54, 36000 Guanajuato, Gto. 045 104 32 09
BREF CV ou
L’histoire de ma vie…
Je suis née à Mexico, en 1960. J’écris depuis que j’avais huit ans et je publie depuis mes 17. Mes poèmes sont apparus dans les journaux “Uno más uno”, “Tierra Adentro” et “La Jornada”. Ils apparaissent aussi dans l’anthologie “Assemblée de Jeunes Poètes du Mexique”, de Gabriel Said (s. XXI, 1981). Il y a eu, néanmoins, une longue pause dans mon travail poétique pendant le temps où j’ai vécu en France, de 1983 à 1998. À Paris, je me suis mariée et j’ai eu un enfant, ma fille Nina. J’y ai travaillé comme interprète et illustratrice de presse. J’ai aussi fait quelques expositions de peinture, en France, Catalogne, Belgique et Hollande.
Je suis retournée au Mexique en 1998 avec ma petite famille. Nous avons choisi pour vivre la lumineuse ville de Guanajuato. Je fais toujours du dessin et j’ai publié ici les livres de poésie “Un viaje” (Un voyage, UG, 2001) et “El duende de las cosas repetidas”, (Le gnome des choses répétées, La Rana, 2006), ainsi que “Historias Naturales” (Histoires Naturelles), livre illustré pour enfants, en collaboration avec ma fille (2007, Casa Municipal de la Cultura de Gto.) Deux articles sur les livres et la lecture sont apparus dans le site web de l’éditeur allemand Taschen, de 2005 a 2007.
En 2001 j’ai fondé la Salle de Lecture “Chien Bleu” pour les enfants de mon village, qui se trouve à 10 km de la ville de Guanajuato. Cette Salle compte avec un fonds assez sympathique et consistent de livres pour la jeunesse. Je partage également ces livres avec les jeunes du Tutelar (Centre d’Internement pour adolescents), où je réalise des ateliers de lecture. Sur cette expérience, j’ai écrit un livre, « Memorias del Médium” (Les Mémoires du Médium), pour lequel j’ai reçu la bourse de Soutien à la Création artistique de l’État de Guanajuato, en 2007.
J’ai dessiné des costumes pour la scène car j’adore la musique et la danse. Je parle cinq langues et joue très mal du piano.
mardi 28 juillet 2009
TRANSLATING PAINTINGS
http://www.taschen.com
“Translating paintings”
a reading (and art) workshop at the SETMI
Lirio Garduño-Buono
The SETMI is a detention center for adolescents from 12 to 18 years old. The whole population is about 120 persons; 10 of them are girls. I work there since 2004 and have been very lucky in receiving wonderful donation from important publishers such as Taschen. This workshop is about books and reading: litterature, images, art.
One Saturday morning
This morning, I take some watercolors from my own atelier and some good paper for drawing and painting.
The group is small, or better said, I have two groups in one classroom: the beginners, and the more experienced, who have been in this workshop for a while.
The beginners will work on some literary issue, and the others will have the Taschen basic books to work with.
The Taschen basic series is rich and variated. Concise, beautiful, well printed and documented. This series has 85 books, each with one artist, ancient or contemporary. As I can’t carry with me the whole collection (would be too heavy for my rolling suitcase and for my old back!), I chose 20 titles at a time, trying to preserve this variety: Warhol, Renoir, Basquiat, Matisse, Goya, Miró, Velázquez, Klimt…
What they are going to do today is to look at the books, choose one or two and pick up images they would like to reproduce or to re-create.
Ivan is here with the guys of his small group, Fidel, Marcos and
Pablo. The big Adolfo came too and also Julio Alberto with his pal Saul too. Martha and Lizbeth are the only girls.
They start looking at the books and choosing their images. Julio likes very much Magritte and Saul, Matisse. Matisse is Ivan’s favorite too. Fidel chooses Miró.
At the first stage of the workshop they just have to observe; they will paint later. We are all working around a big table where all the books are disposed. Once they have chosen their books, I tell them to explore them and to choose their image.
Later, I put all the materials on the table: water, watercolors, paper. And here we are, in a sort of incredible acceleration. From now on, there will be a feverish atmosphere down here: they start working with an incredible passion! Looking carefully at the images, contemplating the white sheets, taking and changing colors and…doing all this almost without speaking; incredible!
Adolfo, a big guy also called “Boots” is copying a painting from Miró. He’s working along with tiny Pablo; they are working on the same book, open at the same pages, one copying the image of the right, the other the one of the left.
Julio starts with Magritte’s “The rape”. He’s painting carefully but he is a little bit desperate because his image is not exactly like Magritte’s. I tell him that this is not important. Something important is to give a personal touch of the images we are being inspired by.
Ivan is not even asking for help. Matisse’s vitraux are being painted in his own way, sometimes with the same colors, sometimes with different shades. Wonderful!
Martha choses Basquiat. She’s very fond of this canvas, she tells me.
The youngest of the boys, Héctor, chooses not to work on any painting. His work is weird, indeed, it depicts a crime and a ghost
both on the low part of the composition. The upper side represents a land with grass and trees and a small part of a sun on the right corner.
Elizabeth did something strange too: she worked on Seurat’s “Grande Jatte”, with the watercolor pencils I brought. The drawing is special because it is completely transparent, you hardly can see it, such is the finesse of the trace, the delicacy of the colors.
I tried to photograph it… in vane.
The others change the water in other to keep the colors clean and replaced the finished works with new paper.
I navigate between this group and the one, working in the opposite side of the room. When I come back to the painter’s group, I’m more and more surprised with their work. I like their way of interpreting this images without any prejudging and also their freedom of expression, with this absence of self censure and just the pleasure of shapes and colorsto guide them.
This session is particularly rich and beautiful, that’s why I wanted to leave a trace of it!
a reading (and art) workshop at the SETMI
Lirio Garduño-Buono
The SETMI is a detention center for adolescents from 12 to 18 years old. The whole population is about 120 persons; 10 of them are girls. I work there since 2004 and have been very lucky in receiving wonderful donation from important publishers such as Taschen. This workshop is about books and reading: litterature, images, art.
One Saturday morning
This morning, I take some watercolors from my own atelier and some good paper for drawing and painting.
The group is small, or better said, I have two groups in one classroom: the beginners, and the more experienced, who have been in this workshop for a while.
The beginners will work on some literary issue, and the others will have the Taschen basic books to work with.
The Taschen basic series is rich and variated. Concise, beautiful, well printed and documented. This series has 85 books, each with one artist, ancient or contemporary. As I can’t carry with me the whole collection (would be too heavy for my rolling suitcase and for my old back!), I chose 20 titles at a time, trying to preserve this variety: Warhol, Renoir, Basquiat, Matisse, Goya, Miró, Velázquez, Klimt…
What they are going to do today is to look at the books, choose one or two and pick up images they would like to reproduce or to re-create.
Ivan is here with the guys of his small group, Fidel, Marcos and
Pablo. The big Adolfo came too and also Julio Alberto with his pal Saul too. Martha and Lizbeth are the only girls.
They start looking at the books and choosing their images. Julio likes very much Magritte and Saul, Matisse. Matisse is Ivan’s favorite too. Fidel chooses Miró.
At the first stage of the workshop they just have to observe; they will paint later. We are all working around a big table where all the books are disposed. Once they have chosen their books, I tell them to explore them and to choose their image.
Later, I put all the materials on the table: water, watercolors, paper. And here we are, in a sort of incredible acceleration. From now on, there will be a feverish atmosphere down here: they start working with an incredible passion! Looking carefully at the images, contemplating the white sheets, taking and changing colors and…doing all this almost without speaking; incredible!
Adolfo, a big guy also called “Boots” is copying a painting from Miró. He’s working along with tiny Pablo; they are working on the same book, open at the same pages, one copying the image of the right, the other the one of the left.
Julio starts with Magritte’s “The rape”. He’s painting carefully but he is a little bit desperate because his image is not exactly like Magritte’s. I tell him that this is not important. Something important is to give a personal touch of the images we are being inspired by.
Ivan is not even asking for help. Matisse’s vitraux are being painted in his own way, sometimes with the same colors, sometimes with different shades. Wonderful!
Martha choses Basquiat. She’s very fond of this canvas, she tells me.
The youngest of the boys, Héctor, chooses not to work on any painting. His work is weird, indeed, it depicts a crime and a ghost
both on the low part of the composition. The upper side represents a land with grass and trees and a small part of a sun on the right corner.
Elizabeth did something strange too: she worked on Seurat’s “Grande Jatte”, with the watercolor pencils I brought. The drawing is special because it is completely transparent, you hardly can see it, such is the finesse of the trace, the delicacy of the colors.
I tried to photograph it… in vane.
The others change the water in other to keep the colors clean and replaced the finished works with new paper.
I navigate between this group and the one, working in the opposite side of the room. When I come back to the painter’s group, I’m more and more surprised with their work. I like their way of interpreting this images without any prejudging and also their freedom of expression, with this absence of self censure and just the pleasure of shapes and colorsto guide them.
This session is particularly rich and beautiful, that’s why I wanted to leave a trace of it!
TRADUCIENDO PINTURAS
por Lirio Garduño-Buono
En el Centro de Detención para adolescentes, trabajé mucho con libros de arte. Una sesión que nos gustó particularmente, fue aquella donde pintaron. Yo no tenía mucho material, pero tomé de mi casa algunas acuarelas de mi hija y también cartulinas que tenía por allí.
Ese sábado el grupo era pequeño, o mejor dicho, había dos grupos al mismo tiempo, los « principiantes » y los « avanzados », estos últimos ya habían estado en otras ediciones del taller y los otros recién lo conocían.
Los principiantes trabajarían en un tema literario y los otros seguirían trabajando sobre los Básicos de arte. Como no podía llevar conmigo toda la colección (¡demasiado pesada para mi maleta rodante y para mi espalda!), hice una selección de veinte títulos, tratando que los artistas representados fueran lo más variado posible: Basquiat, Matisse, Goya, Mirò, Warhol, Renoir, Velázquez, Klimt…
Tenían que hojear los libros, escoger uno y seleccionar imágenes para reproducir o recrear. Podían copiar la imagen o transformarla; podían escoger dos y hacer una composición con elementos de una y de la otra…
Iván estaba aquí con algunos chavos que trabajaban con él cuando fungía como Monitor: Fidel, Marcos y Pablo. El grandote Adolfo también vino y no podían faltar Julio Alberto y su cuate Saúl. Martha y Lizbeth eran las únicas chicas ese día.
Empezaron pues a observar los libros y a escoger sus imágenes. A Julio le gustó mucho Magritte y a Saul, Matisse. Matisse fue uno de los favoritos de Ivan también. Fidel escogió a Miró. En primer lugar, sólo tenían que observar; pintarían hasta más tarde. Trabajábamos alrededor de una gran mesa, en el salón pequeño donde con frecuencia hacíamos el taller. Una vez que tenían sus libros, debían escoger la imagen y explorarla. Mientras hacían eso, fui disponiendo los materiales en la mesa: agua, acuarelas, gouaches, papel, pinceles.
Cuando terminaron de observar, se produjo una aceleración, un extraño frenesí. La atmósfera se volvió febril, pues ¡empezaron a trabajar con gran pasión! Pasaban de la contemplación cuidadosa de las imágenes a la contemplación de la hoja en blanco, hasta que de pronto algo sucedía y empezaban a pintar, sin dejar de echar ojeadas atentas a las pinturas que estaban reproduciendo, seleccionando colores, limpiando los pinceles en el agua… (¡y todo esto, casi sin hablar, lo cual era más increíble aún!)
Adolfo (18) copiaba una pintura de Miró. Trabajaba junto a Pablo, copiaban del mismo libro abierto, uno sobre la pintura de la derecha, el otro sobre la de la izquierda.
Julio empezó con el Magritte llamado « La violación ». Aunque pintaba con gran cuidado, estaba un poco desesperado porque su obra no se veía exactamente como la de Magritte. Le dije que eso no importaba. Lo que importaba era imprimir un sello personal en los trabajos y justamente, las diferencias eran lo que hacía interesante trabajar sobre la obra de otra persona, interpretándola.
Iván no necesitaba ayuda. Pintó los vitrales de Matisse a su manera; a veces con los mismos colores, a veces con diferentes tonos, maravillosos.
Martha escogió al neoyorkino Basquiat. Trabajó con gran apego al cuadro:
Mientras ellos trabajaban, yo atendía a la otra parte del grupo. Me parecía muy extraño que no me llamaran cada dos segundos como siempre. Se interrumpían solo para ir a cambiar el agua y las cartulinas, una vez terminados sus primeros trabajos.
Héctor, el más joven de todos (13) no quiso inspirarse en ningún cuadro. Su trabajo, muy extraño, representaba según me dijo, un crimen y un fantasma, ambos en la parte más baja de la composición; en la parte de arriba se veía un prado verde con árboles y un fragmento de sol en el ángulo superior derecho.
Elizabeth hizo también algo extraño: se fijó en el cuadro impresionista de Seurat, “La Grande Jatte”, y lo reprodujo con los lápices de acuarela. Este dibujo fue especial porque era casi transparente, tanto que casi no podían verse los trazos finos ni los delicados colores. Traté de fotografiarlo para ponerlo aquí… sin éxito. ¿Qué quiso decir Elizabeth? ¿Por qué ese afán de discreción, de transparencia, de desvanecimiento?
Yo seguía navegando entre este grupo y el otro. Cada que regresaba a ver cómo iban los pintores, me sorprendía más y más de sus resultados. ¡Qué manera de interpretar las pinturas sin ningún prejuicio y con gran libertad de expresión; sin auto-censura, con los colores y las formas como únicos guías!
En el Centro de Detención para adolescentes, trabajé mucho con libros de arte. Una sesión que nos gustó particularmente, fue aquella donde pintaron. Yo no tenía mucho material, pero tomé de mi casa algunas acuarelas de mi hija y también cartulinas que tenía por allí.
Ese sábado el grupo era pequeño, o mejor dicho, había dos grupos al mismo tiempo, los « principiantes » y los « avanzados », estos últimos ya habían estado en otras ediciones del taller y los otros recién lo conocían.
Los principiantes trabajarían en un tema literario y los otros seguirían trabajando sobre los Básicos de arte. Como no podía llevar conmigo toda la colección (¡demasiado pesada para mi maleta rodante y para mi espalda!), hice una selección de veinte títulos, tratando que los artistas representados fueran lo más variado posible: Basquiat, Matisse, Goya, Mirò, Warhol, Renoir, Velázquez, Klimt…
Tenían que hojear los libros, escoger uno y seleccionar imágenes para reproducir o recrear. Podían copiar la imagen o transformarla; podían escoger dos y hacer una composición con elementos de una y de la otra…
Iván estaba aquí con algunos chavos que trabajaban con él cuando fungía como Monitor: Fidel, Marcos y Pablo. El grandote Adolfo también vino y no podían faltar Julio Alberto y su cuate Saúl. Martha y Lizbeth eran las únicas chicas ese día.
Empezaron pues a observar los libros y a escoger sus imágenes. A Julio le gustó mucho Magritte y a Saul, Matisse. Matisse fue uno de los favoritos de Ivan también. Fidel escogió a Miró. En primer lugar, sólo tenían que observar; pintarían hasta más tarde. Trabajábamos alrededor de una gran mesa, en el salón pequeño donde con frecuencia hacíamos el taller. Una vez que tenían sus libros, debían escoger la imagen y explorarla. Mientras hacían eso, fui disponiendo los materiales en la mesa: agua, acuarelas, gouaches, papel, pinceles.
Cuando terminaron de observar, se produjo una aceleración, un extraño frenesí. La atmósfera se volvió febril, pues ¡empezaron a trabajar con gran pasión! Pasaban de la contemplación cuidadosa de las imágenes a la contemplación de la hoja en blanco, hasta que de pronto algo sucedía y empezaban a pintar, sin dejar de echar ojeadas atentas a las pinturas que estaban reproduciendo, seleccionando colores, limpiando los pinceles en el agua… (¡y todo esto, casi sin hablar, lo cual era más increíble aún!)
Adolfo (18) copiaba una pintura de Miró. Trabajaba junto a Pablo, copiaban del mismo libro abierto, uno sobre la pintura de la derecha, el otro sobre la de la izquierda.
Julio empezó con el Magritte llamado « La violación ». Aunque pintaba con gran cuidado, estaba un poco desesperado porque su obra no se veía exactamente como la de Magritte. Le dije que eso no importaba. Lo que importaba era imprimir un sello personal en los trabajos y justamente, las diferencias eran lo que hacía interesante trabajar sobre la obra de otra persona, interpretándola.
Iván no necesitaba ayuda. Pintó los vitrales de Matisse a su manera; a veces con los mismos colores, a veces con diferentes tonos, maravillosos.
Martha escogió al neoyorkino Basquiat. Trabajó con gran apego al cuadro:
Mientras ellos trabajaban, yo atendía a la otra parte del grupo. Me parecía muy extraño que no me llamaran cada dos segundos como siempre. Se interrumpían solo para ir a cambiar el agua y las cartulinas, una vez terminados sus primeros trabajos.
Héctor, el más joven de todos (13) no quiso inspirarse en ningún cuadro. Su trabajo, muy extraño, representaba según me dijo, un crimen y un fantasma, ambos en la parte más baja de la composición; en la parte de arriba se veía un prado verde con árboles y un fragmento de sol en el ángulo superior derecho.
Elizabeth hizo también algo extraño: se fijó en el cuadro impresionista de Seurat, “La Grande Jatte”, y lo reprodujo con los lápices de acuarela. Este dibujo fue especial porque era casi transparente, tanto que casi no podían verse los trazos finos ni los delicados colores. Traté de fotografiarlo para ponerlo aquí… sin éxito. ¿Qué quiso decir Elizabeth? ¿Por qué ese afán de discreción, de transparencia, de desvanecimiento?
Yo seguía navegando entre este grupo y el otro. Cada que regresaba a ver cómo iban los pintores, me sorprendía más y más de sus resultados. ¡Qué manera de interpretar las pinturas sin ningún prejuicio y con gran libertad de expresión; sin auto-censura, con los colores y las formas como únicos guías!
RESEÑA DE UN FAVORITO
PERRO AZUL
(título original: Chien Bleu, L’école des Loisirs, ed. francesa)
Autora: Nadja, texto e ilustraciones
Corimbo, Barcelona, 60 pp color
Rústica y pasta dura
Este libro es uno de los grandes favoritos de la Sala de Lectura de San Isidro, quizá porque es uno de mis favoritos. Posee un equilibrio perfecto, a mi parecer, entre la calidad de la ilustración y el contenido.
Hablaré primero de la ilustración. Cada página del libro es una verdadera pintura: pincelada libre, colores vivos, juego de luces y sombras muy marcado, realismo en las proporciones tanto de personajes como de escenografía. A esto se aúna un diseño de edición audaz: las ilustraciones no están enmarcadas sino ocupan toda la página haciendo que el lector entre literalmente en el libro.
El texto viene a colocarse discretamente sobre las masas de color. ¡Y qué texto! El lenguaje es sencilloy nos sitúa en la vida cotidiana: una niñita pide permiso a sus padres para adoptar un perro. Y la magia entra en lo cotidiano, dado su color y su extraño aspecto. Es azul rey con ojos verde vivo. ¿Qué niño no se identifica con la pequeña Carlota por lo familiar de su súplica: “Mamá, ¡deja que el perro se quede!”
El corazón de la historia lleva una fuerte carga a la vez simbólica y épica. Sufrimos con la niña cuando se pierde en el bosque, respiramos aliviados por su reencuentro con el perro azul, luchamos con él por la vida de su pequeña amiga quien, dormida, no se da cuenta del terrible peligro. Hasta el espíritu de la noche, personificado por una imponente pantera, nos parece interesante por su presencia a la vez maléfica y conmovedora. Cada momento de la historia transporta al joven lector (o auditor).
He leído este libro muchas veces en mi sala de lectura, en escuelas primarias, en bibliotecas, en momentos privados con mi hija. El interés y la expectativa siempre son los mismos.
Este libro se puede situar ya entre los clásicos de la literatura para niños.
(título original: Chien Bleu, L’école des Loisirs, ed. francesa)
Autora: Nadja, texto e ilustraciones
Corimbo, Barcelona, 60 pp color
Rústica y pasta dura
Este libro es uno de los grandes favoritos de la Sala de Lectura de San Isidro, quizá porque es uno de mis favoritos. Posee un equilibrio perfecto, a mi parecer, entre la calidad de la ilustración y el contenido.
Hablaré primero de la ilustración. Cada página del libro es una verdadera pintura: pincelada libre, colores vivos, juego de luces y sombras muy marcado, realismo en las proporciones tanto de personajes como de escenografía. A esto se aúna un diseño de edición audaz: las ilustraciones no están enmarcadas sino ocupan toda la página haciendo que el lector entre literalmente en el libro.
El texto viene a colocarse discretamente sobre las masas de color. ¡Y qué texto! El lenguaje es sencilloy nos sitúa en la vida cotidiana: una niñita pide permiso a sus padres para adoptar un perro. Y la magia entra en lo cotidiano, dado su color y su extraño aspecto. Es azul rey con ojos verde vivo. ¿Qué niño no se identifica con la pequeña Carlota por lo familiar de su súplica: “Mamá, ¡deja que el perro se quede!”
El corazón de la historia lleva una fuerte carga a la vez simbólica y épica. Sufrimos con la niña cuando se pierde en el bosque, respiramos aliviados por su reencuentro con el perro azul, luchamos con él por la vida de su pequeña amiga quien, dormida, no se da cuenta del terrible peligro. Hasta el espíritu de la noche, personificado por una imponente pantera, nos parece interesante por su presencia a la vez maléfica y conmovedora. Cada momento de la historia transporta al joven lector (o auditor).
He leído este libro muchas veces en mi sala de lectura, en escuelas primarias, en bibliotecas, en momentos privados con mi hija. El interés y la expectativa siempre son los mismos.
Este libro se puede situar ya entre los clásicos de la literatura para niños.
lundi 27 juillet 2009
LOS LIBROS DE CLAUDE PONTI EN MÉXICO
CLAUDE PONTI en México
por Lirio Garduño-Buono
coordinadora de la Sala de Lectura
“Perro azul”, San Isidro, Guanajuato,
México.
1.- RECUERDOS DE ALLÁ Y DE ACÁ
La primera vez que tuve un libro de Claude Ponti entre mis manos, me conquistó de inmediato. No recuerdo exactamente cuál fue, quizá “Broutille”. Mi hija era aún un bebé, y a su año ocho meses caminaba conmigo los escasos metros que nos separaban de la Biblioteca de Télégraphe, en el distrito veinte de París. Es una biblioteca de barrio, no muy grande ni prestigiosa, pero poseedora de una buena sección para niños y jóvenes, a la cual asistíamos varias tardes por semana.
Recuerdo que un libro le gustaba particularmente (y a mí también). Era “Parci Parla” de Claude Ponti. Nos fascinaban las arquitecturas vegetales, las aventuras subterráneas y celestes de los personajes.
“Broutille” fue otra vivencia memorable. Anissa, amiga de mi hija a los tres años, le prestó este libro con mil recomendaciones. A nosotros también nos encantó y recuerdo muy precisamente cuando finalmente lo compré en la gran librería de la Place de Clichy. Me costó sesenta francos.
Ya viviendo en México, nunca vi libros de Ponti en librería. Hay que decir que en mi ciudad, Guanajuato, hay una librería que ofrece poquísimos libros extranjeros para niños. Sin embargo, nos arreglamos para que los libros de Ponti nos siguieran acompañando a lo largo de la infancia de Nina Olga: las aventuras del pollo enmascarado Blas, Broutille, la muñeca mágica, la adorable mamá Petronille... este último regalado por Blandine Aurenche en una visita a Mexico. Yo le había platicado de la fascinación de Nina por Ponti, y de que Pétronille le gustaba muchísimo cuando era pequeñita. Blandine, que traía el libro para mostrarlo en el seminario de lectura para el cual yo era su traductora, me lo regaló.
Otro amigo de Francia nos trajo el hermoso “Ma vallée”, quizá el más leído y releído en la familia.
Cuando en 2001 abrí la Sala de lectura en la comunidad donde vivo, San Isidro, traduje someramente los libros de Ponti que teníamos en casa, porque me parecía interesante que los niños de aquí los conociesen. Con la mayor naturalidad del mundo, los incluyeron entre sus favoritos, pidiéndome leerlos en la Sala muchas veces.
2.- REGISTRO DE UNA SESION DE LA SALA DE LECTURA “Perro Azul”. Jueves 8 de febrero 2006
En cuanto llegamos a la escuela donde tiene lugar la Sala de lectura, aviso a los niños que recibimos un paquete de España. ¡3 hermosos libros! Una vez adentro, empezamos a acomodar los volúmenes como de costumbre, pero todos tienen una gran curiosidad por ver los libros nuevos, aún en el cartón de correos. Rosalinda (10), una de nuestras más asiduas lectoras empieza a inspeccionar con detenimiento el embalaje: cada detalle le interesa, el sello postal con la imagen de un automóvil (quizá un Mercedes Benz), la dirección del destinatario, del remitente, las indicaciones de la aduana... todo le parece digno de atención. A Beto (9) le interesa particularmente el coche del sello. Recibimos: “El Castillo de Ani Versario”, “El Arbol sin fin” y Roberto Elbanco”, de Claude Ponti.
En cuanto sacamos los libros, todos se precipitan como abejas en la miel. Les gusta en particular “El Castillo de Ani Versario”, porque la página central es una verdadera mina donde se puede explorar durante horas. Nina (11), mi hija, se sienta en medio de la pieza y empieza a leerlo desde el principio. Algunos de los asistentes siguen enfrascados en sus propias lecturas o buscan libros para llevar. Pero Maricruz(5), Octavio (11), Rosalinda y Dulce (5) se acercan a escuchar la lectura. Cuando llegan a la página central, el mundo se detiene. Sólo se escuchan los nombres de los diferentes personajes y se ven pequeños dedos índices señalando esta o aquella figura conocida: Max, de “Donde viven los Monstruos”, Pinocchio, Caperucita Roja, Charlot, el ratón Mickey, Bety Boop... tantos y tantos (deben ser cientos) que son identificados y tantos otros desconocidos. Me preguntan si conozco a la muchacha vestida a la usanza del mil novecientos quince: ¡es la Adèle Blanc-Sec de Tardi! Pasamos un buen momento en este proceso, hasta que Nina dice que estaría bien continuar la historia para saber cómo termina. Antes de voltear la página dice: “¡...y aquí está la cumpleañera!” En un rincón, la pequeña Ani parece totalmente apabullada por esa grandiosa fiesta...
Cristian (5) me pide que le lea “El árbol sin fin”. Se acercan Maricruz y Dulce. Como es un grupo de niños muy pequeños, se acurrucan junto a mí cuando Hipolina se pierde y afronta mil peligros, entre ellos unos espejos traicioneros y un monstruo hecho con hojas. Algo que los entristece particularmente es la muerte de la abuelita, aunque los consuelo haciéndoles ver que la abuela va a un lugar muy hermoso desde donde su nave vegetal despegará hacia el infinito.
Todos se quieren llevar los nuevos libros en préstamo. Les pido una semana para poderlos ver con detenimiento y escribir sobre ellos. En efecto, en la libreta de préstamos ya están apartados para las 3 o 4 semanas siguientes.
3.- CLAUDE PONTI EN MEXICO
¿Porqué nos toca un libro? ¿Cuál es el mecanismo para que nos conmueva? ¿Cómo leemos? ¿con qué historias, con qué bagaje?
Entre los lectores de la Sala de lectura “Perro Azul” de San Isidro Guanajuato (México) circulan algunos libros de Claude Ponti. De él me dijo alguna vez mi querida Geneviève Patte que sus obras pueden ser detestadas o adoradas, pero que rara vez provocan reacciones intermedias. Es curioso, porque en efecto, los pocos libros que hemos tenido de él han tenido una franca aceptación. Quizá porque los niños casi siempre vienen a leer solos y no tienen el filtro o la censura de sus padres; quizá porque la cultura mexicana permite y hasta alienta lo barroco, lo excesivo, lo extraño. La exuberancia de las iglesias y conventos coloniales con sus diablejos y sus monstruos, con sus querubines cachetones y sus animales míticos, con sus erupciones vegetales y sus complejas volutas dan idea de cómo un niño de San isidro puede percibir las casas laberínticas, los árboles que albergan múltiples aposentos y ostentan fachadas vegetales; una esa visión tan personal de la naturaleza que recrea lo estructural o el ornamento como algo inherente al paisaje.
Otra cosa que Ponti crea y ofrece son los mundos paralelos y/o subterráneos, el misterio y hasta el horror de las cosas familiares transformadas en seres monstruosos, amenazadores. En la cultura del Bajío mexicano, las historias coloniales de aparecidos y “espantos” son popularísimas. Lo horrible y lo sobrenatural son algo común en la vida rural de México, junto con los elementos mágicos provistos por la flora y la fauna. San Isidro es una comunidad que aún tiene características rurales, pero su cercanía con la ciudad de Guanajuato hará que en algunos años esta cultura desaparezca. Hoy por hoy, esto explica porqué estos niños perciben los libros de Ponti, sus bestiarios, sus apariciones y sus seres que emergen del corazón de la tierra como algo familiar.
Tampoco la presencia de la muerte en los libros de Ponti parece asustar sobremanera a nuestros lectores. Quizá los más pequeños sí sientan el corazón estrujarse al leer que la abuela de la pequeña Hipolina de “El Arbol sin fin” murió. Sin embargo, en “Ma Vallée” se habla del cementerio de los Touim’s como un lugar de gran serenidad y paz. O en “El día del Come-Pollitos” cuando éste ha devorado a todos los pollos y que luego son liberados porque era un “falso” come-pollitos... ¡qué alivio para los lectores!
Y claro, hay también momentos de delirio, como los vividos por todo niño: los pollos disfrazados peleando contra el Come-Pollitos, los Touim’s en invierno, en verano o en el Teatro de las Cóleras; las andanzas de Pétronille cuando ciertos señores la empapan en aceite y en agua para convertirla en un caracol caliente... Todo nos transporta en un frenesí que parece no tener fin; hasta que de repente... todo se detiene y el silencio se impone durante el paso de un pez sobre los tejados y en el cielo de París, una doble página memorable de “Broutille” o el Gran Medianoche de “Roberto Elbanco”, visión espectacular y propicia a la ensoñación.
La calidad de la imágen nos hace soñar, pero algo importante es que la edición siempre es espaciosa, bella, bien impresa y esto contribuye en gran medida a fascinarnos. Quizá para los niños de aquí, la imágen tiene más atracción que el texto, aunque éste sea también fuente de enigmas y punto de partida para diversos viajes.
Algo interesante que mencioné brevemente arriba, es la adhesión del autor a la arquitectura, o más bien a las arquitecturas. Como el genial Gaudí, Ponti funde sus edificios con la naturaleza, se apropia de un árbol, lo convierte en casa y dentro de ella instala un extraordinario mobiliario art-nouveau digno del creador catalán. Este amor por lo retorcido, por lo vegetal, por lo húmedo, por lo lleno de cavidades hace que la casa del árbol de “Ma Vallée” o de “El árbol sin fin” sean territorios donde cada niño quisiera habitar. Exterior e interior se parecen, tienen alguna secreta relación, como la tela y el forro de un abrigo. El austriaco Hundertwasser sería igualmente feliz en esos ámbitos. En “Roberto Elbanco” hay árboles que en determinado momento pierden su corteza, se vuelven algo frágil y móvil, llenos de escaleras y aposentos. Creo que esos árboles-para-habitar todos los tenemos en algún rincón de la cabeza, de los sueños.
Algo curioso, es que la obra de Ponti es profundamente francesa, es decir posee características y referencias culturales que solamente habiendo crecido y vivido en su país se pueden entender, como en el capítulo “Le Roi des Arbres” de “Ma Vallée” (que habla del compositor Olivier Messiaen), o cuando Petronille y su familia encuentran a una gallina sobre un muro,clara referencia a la cancioncilla para niños que todos conocen en Francia. Sin embargo, tanto texto como imagen convergen hacia un mundo paralelo que por su parte, es universal.
Es decir que tenemos varias lecturas posibles y una de ellas es nuestra lectura mexicana. Todo lo que un autor puede evocarnos,
todo lo que sus recuerdos e imágenes significan para nosotros, el sabor de sus imágenes y sus textos que nos es familiar como la tortilla de maíz o el limón verde... Por la ventana de mi taller, veo un árbol al borde de una hondonada; es un paisaje bastante más seco y mucho menos grandioso que el valle de los Touim’s, pero pueden creerme, ese árbol representa un universo vivo y en movimiento; lo imagino edificado, acondicionado como un hogar y, como el gigante
triste, me vienen unas ganas locas de poner un ojo en un agujero de su corteza para observar la vida que en su interior se mueve...
Con el envío de estos libros, Rafael Ròs de editorial Corimbo, ha permitido que los niños de la Sala Perro Azul* vivan directamente en nuestro idioma los mundos de este excelente autor.
Mercès Senyor Ròs!
Merci, Monsieur Ponti!
Lirio Garduño-Buono
San Isidro, México,
marzo 2006.
por Lirio Garduño-Buono
coordinadora de la Sala de Lectura
“Perro azul”, San Isidro, Guanajuato,
México.
1.- RECUERDOS DE ALLÁ Y DE ACÁ
La primera vez que tuve un libro de Claude Ponti entre mis manos, me conquistó de inmediato. No recuerdo exactamente cuál fue, quizá “Broutille”. Mi hija era aún un bebé, y a su año ocho meses caminaba conmigo los escasos metros que nos separaban de la Biblioteca de Télégraphe, en el distrito veinte de París. Es una biblioteca de barrio, no muy grande ni prestigiosa, pero poseedora de una buena sección para niños y jóvenes, a la cual asistíamos varias tardes por semana.
Recuerdo que un libro le gustaba particularmente (y a mí también). Era “Parci Parla” de Claude Ponti. Nos fascinaban las arquitecturas vegetales, las aventuras subterráneas y celestes de los personajes.
“Broutille” fue otra vivencia memorable. Anissa, amiga de mi hija a los tres años, le prestó este libro con mil recomendaciones. A nosotros también nos encantó y recuerdo muy precisamente cuando finalmente lo compré en la gran librería de la Place de Clichy. Me costó sesenta francos.
Ya viviendo en México, nunca vi libros de Ponti en librería. Hay que decir que en mi ciudad, Guanajuato, hay una librería que ofrece poquísimos libros extranjeros para niños. Sin embargo, nos arreglamos para que los libros de Ponti nos siguieran acompañando a lo largo de la infancia de Nina Olga: las aventuras del pollo enmascarado Blas, Broutille, la muñeca mágica, la adorable mamá Petronille... este último regalado por Blandine Aurenche en una visita a Mexico. Yo le había platicado de la fascinación de Nina por Ponti, y de que Pétronille le gustaba muchísimo cuando era pequeñita. Blandine, que traía el libro para mostrarlo en el seminario de lectura para el cual yo era su traductora, me lo regaló.
Otro amigo de Francia nos trajo el hermoso “Ma vallée”, quizá el más leído y releído en la familia.
Cuando en 2001 abrí la Sala de lectura en la comunidad donde vivo, San Isidro, traduje someramente los libros de Ponti que teníamos en casa, porque me parecía interesante que los niños de aquí los conociesen. Con la mayor naturalidad del mundo, los incluyeron entre sus favoritos, pidiéndome leerlos en la Sala muchas veces.
2.- REGISTRO DE UNA SESION DE LA SALA DE LECTURA “Perro Azul”. Jueves 8 de febrero 2006
En cuanto llegamos a la escuela donde tiene lugar la Sala de lectura, aviso a los niños que recibimos un paquete de España. ¡3 hermosos libros! Una vez adentro, empezamos a acomodar los volúmenes como de costumbre, pero todos tienen una gran curiosidad por ver los libros nuevos, aún en el cartón de correos. Rosalinda (10), una de nuestras más asiduas lectoras empieza a inspeccionar con detenimiento el embalaje: cada detalle le interesa, el sello postal con la imagen de un automóvil (quizá un Mercedes Benz), la dirección del destinatario, del remitente, las indicaciones de la aduana... todo le parece digno de atención. A Beto (9) le interesa particularmente el coche del sello. Recibimos: “El Castillo de Ani Versario”, “El Arbol sin fin” y Roberto Elbanco”, de Claude Ponti.
En cuanto sacamos los libros, todos se precipitan como abejas en la miel. Les gusta en particular “El Castillo de Ani Versario”, porque la página central es una verdadera mina donde se puede explorar durante horas. Nina (11), mi hija, se sienta en medio de la pieza y empieza a leerlo desde el principio. Algunos de los asistentes siguen enfrascados en sus propias lecturas o buscan libros para llevar. Pero Maricruz(5), Octavio (11), Rosalinda y Dulce (5) se acercan a escuchar la lectura. Cuando llegan a la página central, el mundo se detiene. Sólo se escuchan los nombres de los diferentes personajes y se ven pequeños dedos índices señalando esta o aquella figura conocida: Max, de “Donde viven los Monstruos”, Pinocchio, Caperucita Roja, Charlot, el ratón Mickey, Bety Boop... tantos y tantos (deben ser cientos) que son identificados y tantos otros desconocidos. Me preguntan si conozco a la muchacha vestida a la usanza del mil novecientos quince: ¡es la Adèle Blanc-Sec de Tardi! Pasamos un buen momento en este proceso, hasta que Nina dice que estaría bien continuar la historia para saber cómo termina. Antes de voltear la página dice: “¡...y aquí está la cumpleañera!” En un rincón, la pequeña Ani parece totalmente apabullada por esa grandiosa fiesta...
Cristian (5) me pide que le lea “El árbol sin fin”. Se acercan Maricruz y Dulce. Como es un grupo de niños muy pequeños, se acurrucan junto a mí cuando Hipolina se pierde y afronta mil peligros, entre ellos unos espejos traicioneros y un monstruo hecho con hojas. Algo que los entristece particularmente es la muerte de la abuelita, aunque los consuelo haciéndoles ver que la abuela va a un lugar muy hermoso desde donde su nave vegetal despegará hacia el infinito.
Todos se quieren llevar los nuevos libros en préstamo. Les pido una semana para poderlos ver con detenimiento y escribir sobre ellos. En efecto, en la libreta de préstamos ya están apartados para las 3 o 4 semanas siguientes.
3.- CLAUDE PONTI EN MEXICO
¿Porqué nos toca un libro? ¿Cuál es el mecanismo para que nos conmueva? ¿Cómo leemos? ¿con qué historias, con qué bagaje?
Entre los lectores de la Sala de lectura “Perro Azul” de San Isidro Guanajuato (México) circulan algunos libros de Claude Ponti. De él me dijo alguna vez mi querida Geneviève Patte que sus obras pueden ser detestadas o adoradas, pero que rara vez provocan reacciones intermedias. Es curioso, porque en efecto, los pocos libros que hemos tenido de él han tenido una franca aceptación. Quizá porque los niños casi siempre vienen a leer solos y no tienen el filtro o la censura de sus padres; quizá porque la cultura mexicana permite y hasta alienta lo barroco, lo excesivo, lo extraño. La exuberancia de las iglesias y conventos coloniales con sus diablejos y sus monstruos, con sus querubines cachetones y sus animales míticos, con sus erupciones vegetales y sus complejas volutas dan idea de cómo un niño de San isidro puede percibir las casas laberínticas, los árboles que albergan múltiples aposentos y ostentan fachadas vegetales; una esa visión tan personal de la naturaleza que recrea lo estructural o el ornamento como algo inherente al paisaje.
Otra cosa que Ponti crea y ofrece son los mundos paralelos y/o subterráneos, el misterio y hasta el horror de las cosas familiares transformadas en seres monstruosos, amenazadores. En la cultura del Bajío mexicano, las historias coloniales de aparecidos y “espantos” son popularísimas. Lo horrible y lo sobrenatural son algo común en la vida rural de México, junto con los elementos mágicos provistos por la flora y la fauna. San Isidro es una comunidad que aún tiene características rurales, pero su cercanía con la ciudad de Guanajuato hará que en algunos años esta cultura desaparezca. Hoy por hoy, esto explica porqué estos niños perciben los libros de Ponti, sus bestiarios, sus apariciones y sus seres que emergen del corazón de la tierra como algo familiar.
Tampoco la presencia de la muerte en los libros de Ponti parece asustar sobremanera a nuestros lectores. Quizá los más pequeños sí sientan el corazón estrujarse al leer que la abuela de la pequeña Hipolina de “El Arbol sin fin” murió. Sin embargo, en “Ma Vallée” se habla del cementerio de los Touim’s como un lugar de gran serenidad y paz. O en “El día del Come-Pollitos” cuando éste ha devorado a todos los pollos y que luego son liberados porque era un “falso” come-pollitos... ¡qué alivio para los lectores!
Y claro, hay también momentos de delirio, como los vividos por todo niño: los pollos disfrazados peleando contra el Come-Pollitos, los Touim’s en invierno, en verano o en el Teatro de las Cóleras; las andanzas de Pétronille cuando ciertos señores la empapan en aceite y en agua para convertirla en un caracol caliente... Todo nos transporta en un frenesí que parece no tener fin; hasta que de repente... todo se detiene y el silencio se impone durante el paso de un pez sobre los tejados y en el cielo de París, una doble página memorable de “Broutille” o el Gran Medianoche de “Roberto Elbanco”, visión espectacular y propicia a la ensoñación.
La calidad de la imágen nos hace soñar, pero algo importante es que la edición siempre es espaciosa, bella, bien impresa y esto contribuye en gran medida a fascinarnos. Quizá para los niños de aquí, la imágen tiene más atracción que el texto, aunque éste sea también fuente de enigmas y punto de partida para diversos viajes.
Algo interesante que mencioné brevemente arriba, es la adhesión del autor a la arquitectura, o más bien a las arquitecturas. Como el genial Gaudí, Ponti funde sus edificios con la naturaleza, se apropia de un árbol, lo convierte en casa y dentro de ella instala un extraordinario mobiliario art-nouveau digno del creador catalán. Este amor por lo retorcido, por lo vegetal, por lo húmedo, por lo lleno de cavidades hace que la casa del árbol de “Ma Vallée” o de “El árbol sin fin” sean territorios donde cada niño quisiera habitar. Exterior e interior se parecen, tienen alguna secreta relación, como la tela y el forro de un abrigo. El austriaco Hundertwasser sería igualmente feliz en esos ámbitos. En “Roberto Elbanco” hay árboles que en determinado momento pierden su corteza, se vuelven algo frágil y móvil, llenos de escaleras y aposentos. Creo que esos árboles-para-habitar todos los tenemos en algún rincón de la cabeza, de los sueños.
Algo curioso, es que la obra de Ponti es profundamente francesa, es decir posee características y referencias culturales que solamente habiendo crecido y vivido en su país se pueden entender, como en el capítulo “Le Roi des Arbres” de “Ma Vallée” (que habla del compositor Olivier Messiaen), o cuando Petronille y su familia encuentran a una gallina sobre un muro,clara referencia a la cancioncilla para niños que todos conocen en Francia. Sin embargo, tanto texto como imagen convergen hacia un mundo paralelo que por su parte, es universal.
Es decir que tenemos varias lecturas posibles y una de ellas es nuestra lectura mexicana. Todo lo que un autor puede evocarnos,
todo lo que sus recuerdos e imágenes significan para nosotros, el sabor de sus imágenes y sus textos que nos es familiar como la tortilla de maíz o el limón verde... Por la ventana de mi taller, veo un árbol al borde de una hondonada; es un paisaje bastante más seco y mucho menos grandioso que el valle de los Touim’s, pero pueden creerme, ese árbol representa un universo vivo y en movimiento; lo imagino edificado, acondicionado como un hogar y, como el gigante
triste, me vienen unas ganas locas de poner un ojo en un agujero de su corteza para observar la vida que en su interior se mueve...
Con el envío de estos libros, Rafael Ròs de editorial Corimbo, ha permitido que los niños de la Sala Perro Azul* vivan directamente en nuestro idioma los mundos de este excelente autor.
Mercès Senyor Ròs!
Merci, Monsieur Ponti!
Lirio Garduño-Buono
San Isidro, México,
marzo 2006.
LES LIVRES DE CLAUDE PONTI AU MEXIQUE
CLAUDE PONTI au Mexique
par Lirio Garduño-Buono
Coordinatrice de la Salle de Lecture
“Chien Bleu”, San Isidro, Guanajuato,
Méxique.
1.- SOUVENIRS DE PARCI ET DE PARLÀ
La première fois que j’ai eu un livre de Claude Ponti entre mes mains, il m’a tout de suite conquise. C’est étrange, parce que ne me souviens pas exactement lequel c’était, peut être “Broutille”. Ma fille Nina était encore un bébé, et marchait avec moi les quelques mètres qui nous séparaient de la bibliothèque du quartier du Télégraphe, dans le vingtième arrondissement de Paris. Cette bibli n’est ni grande ni prestigieuse, mais elle possède une très bonne section jeunesse et enfance. On y allait plusieurs fois par semaine. Je me souviens d’un livre qui nous plaisait beaucoup, “Parci Parla”. J’étais aussi fascinée que mon bébé par les architectures végétales, par les aventures souterraines et célestes des personnages.
« Broutille » fut une autre expérience mémorable. Anissa, une amie de ma fille depuis ses trois ans le lui avait prêté, avec mille recommandations car elle ne voulait surtout pas que son livre s’abîme. Toute la famille a adoré et je me suis précipitée dans la grande librairie de la Place de Clichy pour l’acquérir. Il m’a coûté soixante francs.
Une fois au Mexique, je n’ai jamais retrouvé des livres de Ponti en librairie. Il faut dire que dans ma ville, Guanajuato il y a une seule librairie et qu’elle n’a pas beaucoup de choix de livres traduits pour les enfants. Néanmoins, on s’est arrangé pour se faire accompagner par Claude Ponti tout au long de l’enfance de Nina Olga: les aventures de Blaise, le poussin masqué, Broutille, la poupée magique, l’adorable maman Pétronille... ce dernier nous a été offert par Blandine Aurenche lors d’une visite au Mexique. Je lui avais parlé de la fascination de ma fille Nina pour Ponti, et de Pétronille, personnage si aimé quand elle était très petite. Blandine, qui avait le livre pour le montrer à son public dans le séminaire pour lequel je faisais la traduction, m’en a fait cadeau. Un autre ami français nous a rapporté « Ma Vallée ».
Quand en 2001 j’ai ouvert la Salle de Lecture dans le hameau où j’habite, San Isidro, j’ai traduit sommairement les livres de Ponti que l’on avait à la maison, parce qu’il m’a semblé intéressant de les faire connaître aux enfants d’ici. Très naturellement, ces enfants les ont accueillis et ces livres sont devenus de grands favoris. Les enfants me demandent très souvent de les leur lire.
2.- OBSERVATION D’UNE SÉANCE DE LA SALLE DE LECTURE « CHIEN BLEU », Jeudi 8 de février 2006
En arrivant à l’école où se tient la Salle de Lecture, je dis aux enfants que nous avons reçu un paquet en provenance d’Espagne. 3 beaux bouquins! Une fois à l’intérieur, ils montrent tous une énorme curiosité pour voir les nouveaux livres. On commence a disposer les livres sur une table, comme d’habitude, Les nouveaux sont encore dans le carton de la poste.
Rosalinda (10ans), une de nos plus ferventes lectrices commence à l’inspecter sous toutes les coutures: chaque détail lui paraît intéressant: le timbres représentant une voiture rose (peut être une Mercedes), l’adresse du destinataire et de l’expéditeur, la fiche des douanes…tout lui paraît digne d’attention, presque autant que les livres eux-mêmes. Beto (9) s’intéresse particulièrement au timbre avec la belle voiture. Nous avons reçu: “Le château de Annie Versaire”, “L’arbre sans fin” et “Robert Lebanc”, de Claude Ponti.
Quand je sors les livres de leur emballage, tous les enfants s’agglutinent comme des abeilles sur le miel. Ils aiment particulièrement «Le Château d’Annie Versaire » parce que la double page centrale est une véritable mine où l’on peut trouver plein de personnages de contes, bd et même de cinéma ! Nina (11), ma fille s’installe au milieu de la pièce et commence à le lire depuis le début. Quelques uns des enfants restent absorbés dans leurs propres lectures, où explorent le fonds à la recherche de livres à emporter. Néanmoins, Maricruz (5), Octavio (11) , Rosalinda et la petite Dulce (4) s’approchent pour écouter la lecture. Quand ils arrivent à la page centrale, le monde entier semble s’arrêter : On écoute seulement les noms des différents personnages et l’on voit des index qui pointent vers tel ou tel : Max, celui des Maximonstres, Pinocchio, Le chaperon rouge, Charlot, Mickey, Donald, Bety Boop... il y en a tellement ! Ils doivent se compter par centaines ; quelques uns identifiés, d’autres inconnus. Les enfants me demandent si je connais la fille habillée dans le style dix-neuf-cent-quinze. C’est l’Adèle Blanc Sec de Tardi !!!
On passe un bon moment dans cet exercice. Soudain, Nina dit qu’il faut continuer l’histoire pour en savoir la fin. Avant de tourner cette page magique, elle dit : « ...et voici la cumpleañera! » (tournure populaire pour parler de celle qui fête son anniversaire…) en effet, dans un coin de la page de droite, la petite Annie paraît totalement submergée par sa grandiose fête...
Le petit Cristian (5) me demande de lui lire « L’arbre sans fin ». Maricruz et Dulce s’approchent doucement. C’est un groupe de jeunes enfants et ils se collent à moi quand Hyppoline est perdue et loin de sa maison.
Lorsque l’héroïne affronte des dangers comme le monstre fait de feuilles, ou des miroirs qui font des misères, Dulce fait une drôle de tête et s’accroche à mon bras très fort. La mort de la grand-mère est un passage douloureux pour eux. Ce qui les console est que toute la famille emmène son corps dans un endroit très haut, d’ où elle pourra s’envoler vers l’infini...
Ils veulent tous emprunter les nouveaux livres. Je leur demande une petite semaine pour pouvoir les regarder moi-même de plus près et écrire quelque chose à leur sujet. Mais sur le cahier des prêts, les trois livres sont déjà réservés pour les trois ou quatre semaines suivantes.
3.- CLAUDE PONTI AU MEXIQUE
¿Pourquoi un livre nous touche-t-il? ¿Quel est le mécanisme de cette émotion? ¿Que se passe-t-il lors de la lecture? ¿quelles sont les histoires que l’on porte en nous, quel est notre bagage?
Parmi les lecteurs de la Salle de Lecture “Chien Bleu” de San Isidro Guanajuato (Mexique) circulent quelques livres de Claude Ponti. Une fois, mon amie Geneviève Patte m’a dit que les œuvres de Ponti peuvent être détestées où adorées, mais que rarement elles provoquent des réactions intermédiaires.
C’est en effet curieux, car les rares livres que l’on a eu de lui ont eu ici un accueil franchement positif. Peut être parce que les enfants viennent à la Salle presque toujours seuls et ils n’on pas le filtre ou la censure de leurs parents; peut être parce que la culture mexicaine permet et encourage même tout ce qui est baroque, excessif, étrange. L’exubérance des églises et couvents coloniaux avec leurs façades couvertes de diablotins et de monstres, de chérubins joufflus et d’animaux mythiques ; des éruptions végétales et volutes complexes nous donnent une idée de comment un enfant d’ici peut percevoir ces maisons labyrinthiques, ces arbres qui hébergent de multiples chambres et leurs façades tordues; une vision si personnelle de la nature, récréant des structures et des ornements comme quelque chose d’inhérent au paysage.
Une autre chose que Ponti crée et nous offre, ce sont les mondes parallèles et souterrains. Le mystère et même l’horreur des choses familières transformées en êtres monstrueux et menaçants. Dans la Culture du Bajío (région centrale) mexicain, les histoires datant de la colonie, qui mettent en scène des revenants et des êtres surnaturels sont très populaires. L’horrible et le surnaturel sont quelque chose de commun dans la vie du Mexique rural, côtoyant des éléments magiques fournis par le côté indien qui privilégie la flore et la faune dans ses histoires. San Isidro est un petit village qui possède encore des caractéristiques rurales, même si sa proximité de la ville de Guanajuato finira par effacer ceci dans quelques années. Pour l’instant, cette culture rurale encore présente explique peut être pourquoi ces enfants perçoivent les livres de Ponti, ses bestiaires, ses apparitions et ses êtres surgis du cœur de la terre, comme quelque chose de naturel.
La présence de la mort dans les livres de Ponti ne semble pas non plus effrayer nos lecteurs. Il est possible que les plus petits aient le cœur serré à l’idée de la mort imminente de la grand-mère d’ Hyppoline dans « L’arbre sans fin ». Néanmoins, dans “Ma Vallée” on parle du cimetière des Touim’s comme d’un endroit habité par une grande sérénité. Ou quand il raconte que le Mange-Poussin a dévoré tous les poussins et qu’ils sont libérés après par Blaise, car c’était un faux…tout le monde semble soulagé !
Il y existe aussi des moments de délire, que les enfants connaissent si bien dans leurs vies: les poussins déguisés qui luttent contre le monstre; les jeux des Touim’s en hiver ou en été, le Théâtre des colères ; les aventures de Pétronille lorsque certains messieurs la trempent dans l’huile et la trempent dans l’eau pour en faire un escargot… Tout nous transporte frénétiquement…quand, soudain, tout s’arrête et le silence s’impose, pour s’ouvrir au passage du poisson géant flottant dans le ciel et sur les toits de Paris, double page mémorable de « Broutille ». Où alors le Grand Minuit de “Robert Lebanc”, vision extraordinaire, propice au songe. Pour nos lecteurs, l’image de Ponti accroche bien plus que le texte, même si celui-ci sera toujours une source d’énigmes et le point de départ pour des voyages divers.
La qualité de l’image nous fait en effet rêver. Quelque chose qui complète bien cette image est la qualité de l’édition, car il y a toujours de l’espace, de la beauté et l’impression est toujours si parfaite ! Ceci contribue à nous fasciner.
Autre chose intéressante, brièvement mentionnée en haut est le goût de l’auteur pour l’architecture, ou plutôt pour les architectures. Tel le génial Gaudí, Ponti fond ses bâtiments dans la nature, s’approprie l’arbre, le fait devenir maison et y installe un mobilier style Art-Nouveau, étrange et exquis, digne du créateur catalan. Cet amour pour les cavités, pour ce qui est végétal, humide, sinueux, fait que l’arbre-maison de “Ma Vallée” o de “L’arbre sans fin” se constituent en territoires où chaque enfant voudrait habiter. Extérieur et intérieur se ressemblent, ont des liens secrets, comme le tissu externe et la doublure d’un manteau. L’autrichien Hundertwasser y serait heureux. Dans “Robert Lebanc” il y a des arbres qu’à un certain moment perdent leur écorce, deviennent quelque chose de fragile et mobile, habités par des escaliers et des pièces. Je crois que ces arbres habitables nous les avons tous dans un coin de notre inconscient, de nos rêves.
Autre chose curieuse est que l’œuvre de Ponti est profondément française, c'est-à-dire, qu’elle possède des caractéristiques et des références culturelles seulement perçues par quelqu’un qui a grandi ou vécu dans ce pays. Par exemple dans le chapitre « Le Roi des Arbres” de “Ma Vallée” il fait allusion au compositeur Olivier Messiaen, ou dans la page où Pétronille et sa famille rencontrent une poule sur un mur, il y a un rappel de la comptine bien connue en France. Néanmoins, tant l’image que le texte nous promènent dans un monde et dans un imaginaire que lui, est universel. On a donc plusieurs lectures possibles, et l’une d’entre elles est notre lecture mexicaine.
Je songe à tout ce qu’un auteur peut nous fournir comme évocations, tout ce que ses souvenirs et images signifient pour nous, le goût de ses mots qui nous paraît soudain familier comme le goût de la tortilla de maïs et du citron vert… Par la fenêtre de mon atelier je vois un arbre au bord du vallon voisin. C’est un paysage bien plus sec et moins grandiose que la vallée des Touim’s, mais, vous pouvez me croire, cet arbre me suggère un univers mouvant : un arbre bâti et aménagé pour être une maison ; et comme le géant triste, j’ai une envie folle de poser mon œil sur un trou de son écorce pour y voir la vie qui grouille à l’intérieur…
Avec l’envoi de ces livres, Rafael Ròs des Editions Corimbo, a permis aux enfants de la Salle Chien Bleu* de vivre directement dans leur langue, les mondes extraordinaires de cet auteur.
Mercès Senyor Ròs!
Merci, Monsieur Ponti!
Lirio Garduño-Buono
San Isidro, México,
marzo 2006.
+La Salle de Lecture “Chien Bleu” existe depuis novembre 2001. Elle se trouve dans le village de San Isidro, à 10 km de la ville de Guanajuato, au Mexique. Je dois ce nom à l’auteur français NADJA dont le livre “Chien Bleu” a été une source d’inspiration et d’action pour moi. Depuis 5 ans, je travaille à collecter des livres auprès des éditeurs et des institutions, pour que petits et grands puissent en profiter dans mon village. La Salle a été plus intéressante pour les enfants que pour les adultes, mais c’est un espace ouvert à tous, l’opportunité d’avoir un livre entre les mains et de l’emporter avec soi à la maison. CONACULTA nous a fourni un bon fonds, ainsi que des éditeurs mexicains et étrangers, tels que CIDCLI, CORIMBO. TASCHEN ou l’ECOLE DES LOISIRS.
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