mercredi 1 décembre 2010

La FILIJ 30



¡El codiciado penacho que no pude obtener!

El estacionamiento de la bebeteca

El Cenart, extraordinario, como siempre

por Lirio Garduño-Buono
Hacía tres años que no me invitaban a la FILIJ.  Este año tuve suerte, fui invitada a ésta y a la FIL de Guadalajara también, aunque no pude ir a la segunda.  En todo caso, estuve feliz de regresar a la FILIJ y de asistir al Seminario de Fomento a la Lectura, organizado por la DGP de Conaculta.  
El programa me pareció menos atractivo que la última vez que vine, pero aún así, me gustaron algunas de las conferencias, presentaciones y mesas redondas.   El tema del Seminario de este año:  Las Primeras Lecturas significativas.  Creo que no en todos los casos las conferencias y las mesas respondieron al tema.  Pero en las que más me gustaron, sí: 
Conferencias: 
Evelio Cabrejo habló de su trabajo en ACCES y de los bebés y los libros.  Me conmovió particularmente porque conozco bien el trabajo de esta asociación y también porque traduje el libro de Marie Bonnafé, «Los libros, eso es bueno para los Bebés", de cuya presentación hablaré más adelante.  Evelio es parte del grupo de Geneviève Patte, la propia Marie y René Diatkine, y su conferencia trató de su trabajo en ACCES y del resultado de sus investigaciones como lingüista en la lectura con bebés.  Apasionante. 
Claudia Gabriela Nájera es bibliotecaria de una escuela primaria en Chihuahua, y la excelencia de su labor es impresionante.  En su conferencia habló de su experiencia con los niños que asisten a la biblioteca y de la importancia de detectar cuáles son las lecturas que pueden ser significativas para ellos.  Fue una plática viva, alegre en la cual se contagia la pasión y se percibe un pensamiento articulado y claro.  Con su bella voz, Gaby nos transportó al corazón de su experiencia y de su visión. 
A Mempo Giardinelli lo abordé un día antes de su intervención, porque resulta que ya nos conocíamos, aunque fuera sólo por carta.  Alguna vez, por medio de la escritora argentina Luisa Futoransky, Mempo publicó todo un número de su revista Puro Cuento ilustrado por mí.  Aún tengo ese ejemplar de la revista. Mempo  se acuerda perfectamente de nuestra colaboración.  Ahora habló de sus lecturas de infancia, del recuerdo entrañable de su madre y de su hermana, ambas grandes lectoras y de su Fundación (Mempo Giardinelli), con el extraordinario programa Abuelas Cuenta Cuentos, que reúne ya a más de 2500 lectoras visitando las escuelas de más de 30 ciudades argentinas.  Maravilloso.   
Mesa redonda: 
La mesa redonda que más me gustò fue la de Alejandro Sandoval, Elena Climent y Toño Malpica, poeta, pintora y novelista, respectivamente.  Fue la que me pareció más cerca del  
tema porque los tres siguieron fielmente la consigna de la primera lectura significativa;  Climent habló de sus recuerdos infantiles con lecturas tétricas;  Toño Malpica fue a preguntarle a varios colegas sobre sus primeras lecturas, resultando una lista hilarante y muy conmovedora de recuerdos y sensaciones. Sandoval leyó su libro de poesía, muy bello, sobre los trenes.
Asistì a varias presentaciones: 
Jesús Heredia presentó  A, B y C, libro publicado por Colofón e ilustrado por Abraham Balcázar. La historia es sencilla y narrada impecablemente. Las ilustraciones, muy sugerentes y bellas.  Una linda manera de empezar un año escolar.
Marie Bonnafé, Los libros, eso es bueno para los bebés, Océano.  A pesar ser la traductora, no se les ocurrió invitarme.  Sin embargo, la presentación por Evelio Cabrejo fue brillante y retomó los temas de su conferencia.  Me hizo pensar en mi querida Geneviève Patte y en el trabajo de ese fabuloso esquipo de ACCES, del que tanto he aprendido.  
Juan Gedovius presentó su libro El más gigante (SM), con una joven cuenta cuentos que no sólo narró ese sino otros deliciosos libros del autor que ama los monstruos y las texturas.  Me divertí mucho.  Las imágenes de Gedovius son extraordinarias.

De los diferentes Pabellones, puedo decir que me gustaron en particular: 
La bebeteca coordinada por Eva Janovitz.  Enlazando con Evelio, con ACCES y con el libro de Marie Bonnafé, Eva decidió llevar a la práctica toda esa teoría y el resultado es esto:  un espacio en el que los bebés y sus mamás disfrutan lecturas significativas.  
Los talleres de Néstor Ramírez. A mi querido Néstor le tocó organizar este año los talleres artísticos.  Ríos de niños se precipitaban a los talleres de pintura, títeres, bicentenario y zapatos, todo relacionado claro, con los libros.  Espacios claros, tiendas plantadas en medio de los jardines del Cenart, mucho color y energía.
Salas de Lectura.- Igualmente, el pabellón de Salas de lectura de la DGP fue un espacio acogedor y luminoso, lleno de nuestros libros preferidos de los acervos de Conaculta (que por cierto, yo todavía estoy esperando...)
Premios
En la inauguraciòn del seminario se premió al ganador del  Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños, el poeta de Quintana Roo Ramón Iván Suárez Caamal, por su libro Huellas de Pájaro.  Me dio gusto el saber que un compañero maestro y promotor de lectura fuera premiado.  Su libro es hermoso y merece con creces tanto el premio como la lujosa publicación que de él hará el FCE.  
También asistí a la premiación de México Lee, organizado por la DGP de Conaculta, en el extraordinario edificio de la Fonoteca, en Coyoacán. 
El ambiente general de la FILIJ me pareció este año de lo más vivaz y alegre.  No sé si es sólo una impresión pero había muchos más grupos de escuelas, desde kinder hasta secundaria.  Los niños que circulaban iban desde los cero hasta los dieciocho años.  Me gustó  que todos participaban animadamente en las actividades y curioseaban en los stand, muchos de ellos coronados por un penacho de Moctezuma (¡que a mí no me quisieron obsequiar en el stand de Educal por ser adulta!). Visité también a Quindecim, y me encantó Andrés, su encargado, por su gran conocimiento de la música y de los intérpretes. Allí encontré, claro, los discos de Ana Cervantes y José Luis Castillo.  
Mi balance es positivísimo.  Aprendí mucho y estoy feliz de haber asistido. 

mercredi 27 octobre 2010

RULFO Y LOS CUSTODIOS



RULFO ESCRITOR, RULFO FOTOGRAFO

En la entrega anterior, vimos cómo empecé a trabajar con los custodios del Tutelar para Menores de Guanajuato, México. Ahora, seguimos con su exploración de uno de los autores más importantes de nuestro país:

Trabajar con la obra literaria y fotográfica de Juan Rulfo fue una delicia.  Y creo que para los grupos de custodios que alcanzaron a hacerlo conmigo fue igualmente gratificante.  No hace falta que haga aquí el análisis o la apología de la obra de este genial creador.  Sólo quiero señalar que la esencia mexicana de Rulfo es algo a la vez sofisticado y simple, y que trabajar esa obra con este público fue doblemente enriquecedor porque si bien en el universo rulfiano todos los mexicanos nos reconocemos, vengamos del campo o de las ciudades, también es cierto que el nivel de sofisticación de esta prosa (Pedro Páramo es prácticamente un largo poema épico) no impide que esta gran literatura nos resulte de alguna manera familiar.  Pude trabajarlo con tres grupos de 10 personas,  uno de cada comandante.  Lo hicimos de maneras diferentes, a saber:
Con el grupo del Comandante P.,  leí en voz alta las primeras páginas de “Pedro Páramo”.  primer nos pusimos de acuerdo durante la semana para llevar nescafé y galletas.  Ricardo fue por agua caliente en una gran jarra y así pudimos escuchar la lectura tomando café, lo cual fue riquísimo en sábado y a las 9 de la mañana… Después de la lectura, la discusión no se hizo esperar.  Juan dijo de Pedro  Páramo: “¡Así era mi abuelito!” Prácticamente todos reconocían a personas conocidas o de su familia en esa atmósfera y con esa manera de ser y de actuar.   Fue curioso cómo fueron los hombres del grupo que señalaron el terrible machismo del personaje central, su gran egoísmo, su falta total de respeto y de amor a los demás… Marcial habló de la película, la vio cuando era chico y lo impresionaron ese pueblo y sus fantasmas.  Todos pudieron situar los textos en la época post-revolucionaria o cristera.  Al final de esa primer Sesión Rulfo, hubo pedidos muy precisos:  que llevara la peli de Pedro Páramo y que llevara el disco donde Rulfo narra él mismo algunos de sus textos.     
En la segunda sesión, propuse la lectura de “Díles que no me maten”.  En los dos últimos grupos les pregunté si querían que yo leyera el cuento en voz alta o si querían leerlo ellos.  En ambos quisieron leer ellos.  Y no es que leyeran super bien;  había quienes leían francamente mal,  pero no se daban por vencidos.  Así pues, en la sesión del grupo de D., leyeron el cuento, una página cada participante.  Curiosamente, esta vez no fue lo más interesante porque había algunos como Israel que casi se dormían u otros que no ponían mucha atención.  Lo interesante fueron las fotos.  ¡Y fotos de Rulfo hay muchas y muy hermosas!  Trabajando en parejas, cada participante tenía una fotocopia de una foto;  debía describírsela a su compañero(a) sin mostrársela.  La condición era no añadir comentarios personales, interpretaciones, nada subjetivo.  Tenía que ser la descripción al desnudo.  Cuando terminaban, podían mostrar sus respectivas imágenes: ¿la imagen era como te la describió tu compañero? ¿qué faltó? ¿qué sobró? ¿En qué fue diferente lo que imaginaste a partir de su descripción de la foto real? ¿cuál es la diferencia entre describir e interpretar?
Como se ve, no era un desafío fácil.  Y consiguieron cosas por demás sorprendentes.  Curiosamente, algunos de ellos iban dibujando lo que el compañero iba describiendo. Transcribo aquí algunas de los trabajos (aunque las preguntas fueron respondidas verbalmente):
Israel y Maricela:
Foto 1.- “Un portal con arcos (pilares).  La casa es de piedra de cantera, viga de madera, tejado.  Una niña pasando el pasillo del portal;  piso rústico de ladrillo y ese portal está sobre la calle de tierra.  La niña viste muy sencilla, humilde;  reflejan soledad las calles y parece un pueblo fantasma.  Se ve que en ese tiempo había mucha pobreza…”
Foto 2.- “Es un cuarto, refleja soledad, tristeza, algo aislado de los años 50, paredes ásperas, persona agotada, atrapada en un dolor, una puerta sombreada por los rayos del sol.  La puerta muy ancha y amplia, (la foto) tomada de adentro hacia afuera;  hay un carro de madera…”
 (en ambas, les hice ver que había una parte importante de interpretación en sus “descripciones”)
Me gustó en particular la del comandante Daniel, por su precisión:
“Es el interior de una casa con una mujer sentada en la puerta, recargada en el marco de la puerta;  únicamente se ve parte de la espalda, ya que la mujer se ve de bastante edad.  Según la sombra de la puerta al interior indica que son entre las 11 (de la mañana) y la 1 de la tarde. Por lo que se ve en el interior es un cuarto poco habitado y muy antiguo ya que se ve una fracción de viga de madera.  En el piso se ve una camionetita de juguete, una escoba y un pedazo de madera recargado en la pared.  Se nota que la pared está pintada de dos colores, color bajo como de un metro y el restro de arriba aproximadamente de 2 mts es de otro color.  En el exterior se dibuja una calle y únicamente se ven paredes de otras casas.”  (recordemos que las fotos son en blanco y negro)...
Rulfo da para mucho porque es un creador completo.  Sus imágenes tienen correspondencias importantes con su obra literaria y creo que para estas personas del Tutelar fue una oportunidad de conocer y también de reconocerse.
(La próxima entrega con los custodios:  Sor Juana, el amor y Gabriel Zaid)

PARA LEER LIBROS DE ARTE CON LOS JÓVENES



Esta es la primera parte del capítulo consagrado a los libros de arte, de mi libro Memorias del Medium, sobre el Centro de Detención para Adolescentes, que aparecerá en breve...
¿Porqué leer libros de arte?
¿Por qué la belleza debe ser elitista?  Mi experiencia como coordinadora de animación en la biblioteca de una escuela de artes plásticas  me hizo reflexionar sobre la manera de percibir el arte a través de los libros y los múltiples mitos y prejuicios que se tienen sobre ambos (los libros y el arte) en un país como el nuestro.
En aquella biblioteca, muchos volúmenes databan de los años treinta y cincuenta del siglo veinte: libros maltratados,  reproducciones en sepia,  información obsoleta.  ¿Qué visión del arte, qué percepción de su existencia y de su historia podían ofrecer?  Para jóvenes que nunca vieron los originales de los cuadros allí reproducidos, ese primer contacto era desalentador y hasta injusto.  ¿No existen ahora libros de arte, bien editados, accesibles en cuanto a precio y a distribución, encuadernados decentemente para durar un tiempo razonable?  
Para la dirección de esa escuela, guardar viejos libros llenos de hongos era conservar un patrimonio.  Era esencial que los libros bonitos (y los había) no salieran nunca de la biblioteca y esencial que los maestros tuvieran el control de la información  y de las imágenes proporcionadas a los alumnos.
Ese episodio de mi vida me convenció de que el arte no es sólo para unos cuantos elegidos sino para todos, y que los bellos libros no tienen porqué atesorarse con avaricia en los anaqueles sino circular y ser vistos, ser leídos, aún a riesgo de ser degradados o perdidos... c’est la vie!
Ya que muchos de esos estudiantes de artes plásticas no verían los originales de inmediato, lo mejor era según yo, brindarles reproducciones fieles, información, y comentarios veraces, libros resistentes y bellos.  Por desgracia no fui escuchada y terminé dejando mi trabajo, ante el boicot masivo del cuerpo docente…  
Durante mi vida en Francia (la friolera de quince años) pude ver “en vivo” mucha pintura, muchos museos. También fui asidua de varias bibliotecas.  En París podía encontrar libros de arte accesibles en las bibliotecas, claro, pero también en librerías de ofertas, en las de ocasión, en las de lujo, en las de saldos.  Hay de todo, a todos los precios.  Compré muchos libros que por desgracia no pude traer conmigo cuando regresé a México.  Pero aprendí que a pesar de que en nuestro país este material no es fácilmente accesible, siempre es posible adquirirlo:  en los últimos años ha habido un auge en su edición y distribución.  Para trabajar con los jóvenes detenidos, tenía que conseguir este tipo de acervo.  Escribí pues a varios editores.   
Mandé una carta  Benedikt Taschen, creador de la casa editora  que lleva su nombre pues sabía que a pesar de ser una empresa alemana, editaban libros en muchos idiomas, entre ellos español. Respondió positiva y generosamente, haciendo varios envíos a mi Sala de lectura y al Tutelar. Recuerdo particularmente mi viaje a León (a 50 km de donde vivo) en mi viejo Volkswagen.  Las cajas recién llegadas contenían la colección de básicos de arte (85 libros) y otras obras igualmente apasionantes como: “Diseño gráfico de hoy”, “Dibujo animado actual” y “1000 sitios WEB”,  y “Manga” (que tuvo una trayectoria accidentada como veremos después). Fue un momento de profunda emoción el abrir esas cajas y descubrir tales maravillas;  fue también un momento privilegiado, como muchos ha habido en este trabajo, el de llevar estos libros y hacer la primera sesión con ese material.  Un lujo.
¿Cómo debe ser un buen libro de arte?  
No quiero adoctrinar a mis lectores sobre lo que “debería” ser un buen libro de arte;  esto es algo subjetivo, finalmente; cada quien tiene su concepción de la belleza.  Pero sí puedo dar pistas para detectar y sobre todo aprovechar un buen libro de arte que nos sirva para trabajar en la iniciación de lectores, en este caso concreto de jóvenes. Contrariamente a otros libros, tiene que ser necesariamente bello.  Y por bello entiendo que haya armonía entre sus diferentes componentes, materiales y de contenido.  No en vano que en Francia se les llama Les beaux livres (Los bellos libros).  Porque parte de lo que llamo aquí belleza es la legibilidad de textos e imágenes, la claridad en la maqueta, la generosidad en el número de reproducciones, la veracidad de su información  y…un precio accesible.  Es decir, tiene que ser bueno, bonito y barato.  ¿por qué no?

Reproducción

Antiguamente, la reproducción de obras de arte se hacía por medio de grabados.  El grabador tenía que ser un excelente copista y dominar la técnica.  Así se podían difundir en forma de libros o en la prensa. La gente podía así tener una idea de cómo eran los cuadros o esculturas famosos, sin necesidad de viajar muy lejos y de visitar los museos donde éstos se encontraban.
Con la invención de la fotografía, las obras pudieron ser más fielmente reproducidas. En los años 20 y 30 del siglo XX, se reproducían en sepia y posteriormente en color pero las impresiones eran tan delicadas que había que proteger cada una de las páginas con papel cebolla.  Por lo general, no todo el libro venía en color, sólo un cuadernillo central donde se mostraban las obras más importantes.  Con la imprenta moderna, el perfeccionamiento de la fotografía y las técnicas digitales, el libro de arte es mucho más fácil de producir y también de distribuir, facilitando también su adquisición.   
No olvidaré nunca la reacción de un profesor de la desafortunada escuela de artes plásticas de la que hablé antes,  cuando en una junta dije que necesitábamos buenos libros de arte: “¿Para qué?  ¡Si una buena obra de arte se puede apreciar igual en sepia que en color!”, exclamó el buen señor.   No comparto su opinión: para jóvenes de un país joven como el nuestro, en el cual los viajes son difíciles si no inaccesibles y donde la información no siempre circula de la mejor manera, creo que sí es importante contar con material de calidad para tener una idea lo más fiel posible del aspecto de una obra, se trate de pintura, escultura, objeto, instalación...
Maqueta, diagramación, tipografía
Antiguamente la museografía concebía al arte como una acumulación: las obras se exponían unas sobre otras, en el caso de las pinturas, y unas muy cerca a las otras, en el caso de la escultura;  había una estrecha relación entre ellas y los palacios, iglesias o museos donde se exhibían.
Esto cambió con el tiempo, al grado que hoy en día para contemplar una obra de arte en un museo, lo mejor es no tener “visiones parásitas”: otros cuadros demasiado cerca, un marco demasiado aparatoso, mobiliario estorboso… o demasiados visitantes.  
De igual manera, la maqueta de un libro de arte ha de ser sobria…o no será. Descarto los libros que tienen una maqueta caótica donde las reproducciones están enmarcadas o engarzadas con signos gráficos parásitos, donde el texto no acompaña sino domina, donde hay “demasiadas cosas”, como en una habitación sobre-amueblada.  Me gusta ver la obra en un formato adecuado para mis ojos miopes (es decir, nunca del tamaño de una estampilla postal) y también tener al alcance de la vista la información que necesito de inmediato: autor, título, técnica, formato y también el lugar donde se encuentra la obra. Me gusta también que el cuerpo del texto haga referencia a la obra que estoy viendo no muy lejos de la página en que ésta se encuentra.  Es decir, que si leo las peripecias del artista y algo acerca de la obra, me gusta tenerla cerca y no tener que buscar la imágen veinte páginas atrás o adelante, allí donde hablan de ella.
Existen libros de arte especiales para niños o para jóvenes.  Tengo algunos, editados por museos estadounidenses,  bastante hermosos, que he utilizado mucho a pesar de que mis chavos casi nunca  pueden leer en inglés.  Pero me gustan la calidad de la reproducción y la elocuencia de la imagen dentro del diagrama, por eso los utilizo intensivamente.   
También me gusta que la tipografía sea simple, clara  y no juguetona.  En el caso de un buen libro de arte informativo, prefiero letras sobrias y legibles más que fantasiosas.
Información veraz y actualizada
Algo importante es el disponer de buenas fichas técnicas acompañando a cada reproducción y asimismo que los textos contengan información veraz en cuanto  a la biografía del artista, el lugar donde se encuentra la obra, el movimiento al cual pertenece, a su destino final una vez que el artista desapareció.  A veces en los libros de arte no sólo tenemos la información a secas sino también algún comentario crítico del autor, en cuanto a corriente artística, percepción estética, contexto histórico; una interpretación con la que podemos o no estar de acuerdo.  Hablo también de información actualizada porque es evidente que hay nuevos descubrimientos en cuanto a ciertas obras de arte y también nuevas formas de mirar; no podemos contentarnos con la manera de interpretar el arte de un autor del siglo diecinueve cuando podemos tener una visión más moderna sobre todo cuando se trata de nuestros primeros descubrimientos.   
Claro está que si queremos profundizar, siempre tendremos un amplio abanico de informaciones de este y de otros siglos en cuanto a la misma obra, pero esto viene después y se dirige a un público más especializado.  Aquí hablo y recomiendo concretamente de libros que pueden servir a un público como el mío, no necesariamente informado previamente, no necesariamente formado a “saber ver”.

Encuadernación, gramaje, textura

Otro aspecto importante es la encuadernación.  Antiguamente los libros de arte y los libros en general eran mucho más caros porque iban encuadernados a mano y eran cosidos por cuadernillos que se pegaban juntos y se unían con pegamento para ser finalmente forrados con tela o con piel. Las ediciones populares iban simplemente pegadas, no destinadas a durar.   
Mis primeras experiencias con los “Libros del Rincón” de la SEP* fueron contradictorias;  eran libros hechos con muy buen  gusto, diseñados maravillosamente… pero encuadernados de manera terrible.  Al cabo de dos o tres años de uso, esos libros perdían sus páginas y se deshacían literalmente entre las manos.  Una lástima, tanto en los textos literarios como en los libritos de arte o informativos porque son obras que no volvieron a imprimirse y que es difícil o imposible recuperar.  Una revista que me encantaba, “Saber ver” (Editorial Televisa),  fue casi imposible de utilizar por la deficiente calidad de la encuadernación.  Para nuestra fortuna, la encuadernación actual cuenta con pegamentos de mucha mejor calidad, (esto me lo dijo una editora de arte de Guadalajara): los libros de ahora tienen mayor solidez y por lo tanto, mayor duración.
Algo que me gusta igualmente es sentir con los dedos las diferentes texturas del papel.  Me gustan los libros de buen papel, por lo general un liso, suave y algo brillante (quizá para que los colores también “brillen”) y de buen gramaje (es decir peso).   
Es evidente que no hablaría de estos aspectos tan prosaicos si todos estos libros estuvieran en mi casa y fueran exclusivamente para mí y para mi familia.  Quien comparte libros ha de pensar en una utilización más extensa, frecuente  e intensa, dado que las colecciones de arte circulan entre mucha gente, y son previstas no sólo para las sesiones de lectura,  sino para el préstamo a domicilio.  
(continuará... en la siguiente entrega, ¿cómo leerlos?)

jeudi 23 septembre 2010

CRONICAS CUSTODIADAS EN LA TIERRA MEXICANA

Contagiar mi amor por México... (Perro Prehispánico, acrílico sobre funda de almohada)  

Por Lirio GB

El siguiente registro habla de una sesión de lectura con los grupos de custodios del ex-Tutelar de Guanajuato y lo incluyo hoy aquí como primera parte de una serie porque en estas fechas de celebración de la Independencia y de la Revolución Mexicana, me parece encajar perfectamente con la reflexión sobre la identidad nacional y sobre la Historia.
Una de las razones por las cuales propuse un taller de lectura para el personal de seguridad fue que durante los talleres para internos, pude constatar la gran capacidad de empatía de algunos custodios para con los chicos, y también el interés manifiesto de muchos de ellos por los libros y la lectura. Algunos participaban “de contrabando” en las actividades del taller y solicitaban libros en préstamo. Otra razón viene de un ángulo opuesto: había elementos en el personal de seguridad que no valoraban en absoluto este taller como una actividad importante para los internos, que no entendían que no sólo tenía un aspecto recreativo sino que se trataba de algo formativo en muchos aspectos: la promoción del conocimiento y la adquisición de una cultura general, la motivación para la búsqueda de nuevos horizontes, la orientación hacia la formación de una conciencia individual y hacia el encuentro con los propios intereses. Así lo entendíó Diana Rosas, entonces directora y no sólo aceptó el taller sino que lo promovió activamente. Fue un taller donde las ganancias serían múltiples puesto que yo estaba allí y el acervo vendría de mi Sala de Lectura o de la biblioteca del centro.
Y NOSOTROS… ¿SOMOS MEXICO?
En mis talleres del Tutelar integré siempre exploraciones sobre México, su Historia y su cultura, pero no se me había ocurrido hacer un taller exclusivamente sobre esto. Cuando iniciamos el taller para los custodios, ellos mismos me pidieron que fuera sobre México. Entonces me lancé a la caza de temas mexicanos sin hacerme más preguntas, sin hacerme las preguntas que me hago ahora: ¿porqué esa necesidad por saber más sobre nuestro país? Era una sed de algo que está allí siempre pero casi invisible; un país que existe pero que está lleno de series televisivas estadounidenses, de productos industrializados, de comida chatarra… un país que es lo que es, bajo una espesa capa de otra cosa. Dice Luz Ma. Chapela en su libro “Saberes en Movimiento” (Nostra, México, 2007): “En la medida en que una sociedad cuente con más sujetos que tengan identidades fuertes y en movimiento, tendrá más posibilidades de incluir a muchos y de mejorar sus tejidos sociales. En las relaciones entres diversos que se incluyen de manera mutua y dialogan, todos ganan…

Es desde la identificación de lo propio que uno respeta a los otros y sale en su busca.”

Quizá esta demanda respondió también una necesidad de auto-afirmación o una intuición de que a pesar de las cosas pavorosas que suceden en México y que nos son mostradas por los medios de comunicación todo el tiempo, también existe una cultura de sólidos cimientos formada por arte, diseño, artesanías, increíbles poetas, arquitectos, músicos, cine legendario, pintura extraordinaria, etc. ¿Intuían esto los custodios, o simplemente tenían ganas de hacerme trabajar investigando cosas que pudiesen interesarles?

Pienso que había una gran necesidad de auto-conocimiento y de encontrar respuestas a acertijos inconscientes, a algo no siempre formulado, pero presente. México fue entonces el origen, el punto de partida para una exploración que se ensanchó a cada paso porque no quería mostrar este país como una habitación cerrada y hermética sino como un espacio de luz y de sombra de donde surgen y desde donde confluyen múltiples energías.

El discurso oficial promueve un orgullo muchas veces superficial que esconde en realidad un terrible complejo de inferioridad o un chauvinismo de pacotilla; un pasado “congelado”, poblado por héroes de cartón, impuestos en la educación oficial y en la imaginería política y que poco tiene que ver con la complejidad y la profundidad de una historia que extiende sus ramas hasta nosotros; de un presente que es un verdadero rompecabezas por descifrar en cuanto a vestigios y pistas. Me dí cuenta de que tenía que arreglármelas para acercar a ellos esas figuras tan lejanas y acartonadas, darles vida y hacer que al tocarlas, se les encontrara sentido y una identificación. El exceso, la pasión, el color, el erotismo, el alcohol, el machismo, el sentimiento y la fuerza de las cosas ocultas y volcánicas tendrían que salir y manifestarse ante nosotros.

Como veremos más adelante, el hecho de centrar el taller en un tema principal tan vasto como profundo, hizo que este se estructurara como un todo coherente. Y si bien la actividad principal iba siempre en este sentido, había un contrapeso interesante en el préstamo porque en el acervo había literatura y arte de muchos países.



HISTORIA-MEXICO-ORIGENES
Empezamos, claro con el México prehispánico… y con el grupo del comandante J. completito. Empecé preguntandoles si sabían quienes vivían aquí antes de que los españoles conquistaran estos territorios. Siempre había alguien que sabía mucho. Hice circular revistas y libros con fotos de arquitectura y arte prehispánicos y ellos me ayudaron a dibujar en el pizarron un cuadro con la cronología de las diferentes etapas.
Eran más de veinte y no tuve en esa sesión suficiente material para todos (libros, fotocopias) sobre el tema y tampoco tuve mucho control. Todos tenían mucho sueño porque el taller tenía lugar justo después de una noche de guardia. Así, sólo algunos participaron. Hice saber a los comandantes que prefería que los grupos se dividieran en dos (10 participantes cada vez) para evitar el tener muchos pero poco interesados. Igual algunos de ellos estaban atentísimos, pero no era el grupo ideal.
Por regla general y por suerte para mí, si bien los participantes estaban MUY cansados también llegaban MUY motivados. Mi trabajo era que la motivación se mantuviera y que los mantuviera a ellos despiertos.
En el grupo del comandante P. la semana siguiente, todos participaron activamente. Fue una maravillosa sesión. Tomás, el señor que adoraba los libros, estuvo genial: participando todo el tiempo, muy entusiasta. Carlos, un custodio nuevo que venía del DF mostró su conciencia y su orgullo de tener orígenes mexicas. Leímos algunos poemas de Nezahualcóyotl. En algunas sesiones como esta, querían que yo leyera en voz alta y en otras ellos mismos se proponían para leerlos. Su análisis de los poemas de Nezahualcóyotl fue magnífico, muy acertado.

Igual resultado con el grupo de D. una semana después; las reflexiones me parecieron con frecuencia muy inteligentes y muy bellas. Hubo comentarios muy justos acerca de los poemas porque:
-“Nezahualcóyotl habla de lo efímero de la existencia, de que todo se acaba…” (Antonio)
-“pero también habla de la permanencia de las obras” (Vero 2 y J. Alfredo)
-“Yo creo que el águila azteca como símbolo y no una realidad histórica” (Carmen)
Les gustaba reir (¿a quién no?) pero el ambiente siempre fue de gran respeto hacia mí. Algo que me impresionó muchísimo fue también el respeto existente entre hombres y mujeres, había mucho compañerismo. Hubo momentos en que el sueño casi ganaba terreno, y era allí donde yo tenía que animarlos y hacer que hicieran cosas que no forzosamente tenían ganas de hacer, por ejemplo, escribir o leer en voz alta, y que las hicieran con gusto.
Al final de estas sesiones sobre el pasado prehispánico, escuchamos música “de la época” (Jorge Reyes), y les dije que si querían, podían cerrar los ojos. En una de ellas, me quedé atónita porque todos se acomodaron, muy orondos y cerraron los ojos para relajarse de inmediato, con visible placer. Fue un momento mágico, cinco minutos largos e intensos en los cuales algo flotaba en el aire. Me gustaba contemplar a estos hombres y mujeres uniformados, con esas botas tan toscas, jóvenes en su mayoría, en un estado de confianza y de fragilidad extraordinarios, con los ojos cerrados, sumidos en el ensueño. Guardias al final de una dura noche de trabajo, quizá cansados pero felices de vivir algo diferente; esto yo lo podía asegurar en ese momento. Bajé el volúmen poco a poco y con una voz muy muy baja les hablé para que “despertaran”. Les pregunté “¿qué vieron?”, no muy segura de que algunos no hubieran aprovechado para dormir un poco, pero todos y cada uno contaron sus visiones sin trabas. Algunas de ellas, muy significativas:
Alejandro vio guerreros en fila, atravesando la jungla, camino a la guerra.
Israel vio una ceremonia fúnebre enmedio de una selva.
El Comandante D. vio “un músico tocando la flauta. Poco a poco, otros músicos se le iban uniendo, con otros instrumentos de viento o percusión.” Fue la única visión puramente musical en el grupo.
En otras sesiones exploraron documentos (revistas y libros principalmente) y escribieron fichas de lectura sobre los que más les gustaron. Adalberto escribió:
Título: Monte Albán y los zapotecos
Autor: Conaculta (sic)
Tema: Los zapotecos
Género: informativo
Num. páginas : 96
Editorial: Conaculta y México Desconocido
“Esta revista informativa nos dice de cómo vivían los zapotecos, su cultura, el tipo de escritura, sus templos (edificios Arqueológicos), el tipo de agricultura, sus familias, con quien hacían sus trueques y con quien eran sus guerras y porqué”.
El próximo mes, hablaré de otros temas que tratamos en este taller con los custodios del Tutelar.

vendredi 6 août 2010

SOBRE UN COLEGA Y UN SER HUMANO EXCEPCIONAL


Tengo una enorme admiración por gente como Chema, José María Campos, colega nicaragüense, que a pesar de vivir y trabajar en condiciones adversas, es capaz de una gran generosidad y de un trabajo de calidad.  Este mes en el blog, presento su semblanza y un curioso registro que me hizo llegar hace ya algunos años.  ¡Viva Chema!   LGB


"El sr. que ves en las fotos se llama José María Campos, le dicen cariñosamente, Chemita o simplemente Chema, es un ciudadano nicaragüense de 39 años, padre de tres pequeños, de 6,11 y 14 años respectivamente, vive en Managua y trabaja como promotor de lectura para un organismo especializado en programas de promoción de la lectura, desde octubre de 1993, es decir, desde los inicios de la organización en cuestion. Tiene 17 años de hacer de promotor de lectura, labor en la que fue “haciéndose” y con la practica se convirtió en un entusiasta especialista. Sin embargo, J.Maria en sus inicios, era un office-boy, es decir, alguien que ponía el café, limpiaba la oficina, iba al banco, al correo, organizaba la bodega y en los tiempos “libres” aprovechaba para leerse todos los cuentos, que desde las oficinas se compraban con fondos de la familia Amani, a las editoriales para los proyectos iniciales con las escuelas, dentro del programa de Bibliotecas –aula. Esto le dio un amplio conocimiento de la primera literatura infantil, sobretodo de calidad, que ingresaba al territorio nacional “literalmente” con intenciones de apoyar verdaderamente a la niñez nicaragüense a encontrarse con la literatura, devolviéndole y haciendo realidad un derecho jamás otorgado por gobierno alguno, estaba naciendo la Fundación Libros para Niños, en el segundo país mas pobre de Latinoamérica, y sin apenas sospecharlo, José Ma. Se estaba forjando como promotor de lectura de los mas completos y entusiastas. Naturalmente, acá se dio una ecuación simbiótica oportuna junto su antigua experiencia de educador en el hogar Zacarías Guerra, en Costa Rica y en el Hogar Hainamosa en Santo Domingo, de Republica Dominicana, lugares donde había trabajado la Pedagogía de la Reeducación en menores que necesitaban protección y/o que habían delinquido y asi nació el primer “facilitador” de lectura en el primer Rincón de Cuentos promovido por la Fundacion Libros para Niños en el Centro Cultural Managua en 1994.
Otro hecho providencial fue la contratación de Eduardo Baez , un año después, con su llegada, Libros para Niños, se “tropicalizò” es decir, se hizo del modo de los nacionales y no tanto “agringao” y técnicamente, volvió a nacer, pues problemas económicos aparentemente insalvables amenzaban con terminar la idea. Recursos de la Familia Baez pusieron otra vez a la naciente, organización en pista. Fue Eduardo quien propuso la idea de reahacer el contrato de Jose Maria que ya estaba un tanto estresado con el cargo de office-boy y propuso que fuera facilitador de lectura y casi de inmediato empezó a formar parte del equipo de programas, es decir, del equipo, encargado de los programas y proyecto, de las capacitaciones, del seguimiento, de las practicas y teorías, atender las solicitudes etc.
Y ahí empezó la gran aventura de ser promotor de lectura acreditado por uno de las organizaciones prominentes en la región en promoción de lectura ,” nos habíamos propuesto de Nicaragua, pero al poco tiempo, nos vimos involucrados en un trabajo regional, pues nos toco viajar por toda centroamerica en distintas ocasiones, por Mexico, incluso Cuba, todo esto ha dado una basta y valiosa experiencia a un Jose Maria, descubierto oportunamente por Eduardo Baez, promotor de lectura y director hasta 2010 de la organización .
“Creo que ayudar, apoyar, a la niñez nicaragüense y centroamericana, en su encuentro oportuno, alegre, significativo, temprano y sin complicaciones con la literatura infantil de calidad y compartirla con alegria y gracia y creatividad, viéndolo bien, podría estar teniendo que ver con mi antiguo rol de un alumno de un auspicio(Hogar Zacarias Guerra), un niño en abandono criado por curas, hoy lo veo como una bella posibilidad, antes no, tiene que ver quizás con mi intento anterior de ser cura y entender la realidad “desprovista” de muchos niños latinoamericanos.
Incluso, haber sido “un niño de la calle” en algún momento de la vida, creo que esto es una oportunidad de oro para ayudar a los niños actuales a expresarse, a divertirse, a formarse como lectores críticos, permanentes, autónomos, y esto representa la posibiliad de cambiar el destino de la próxima generación, con tan solo tener la ocasión de encontrarte en el momento necesario con los libros con que se encuentran los niños del mundo.
Yo creo que esto de leerle cuentos a los niños agrega potencialidades a la persona proyectadas a un futuro, quizás mejor, que el que se había planteado la realidad contundente para este segmento de población, quizás mas promisorio de lo que torpemente “no había” calculado la ausencia de gestión de X o Y gobierno en ese sentido.
"Jose Maria, es del grupo inicial, el ultimo que queda en Nicaragua, el resto se fue desgranando con los años, miles de razones, “los tres primeros, Mary Jo, Carlos Gil y el office boy, Jose Maria”. Estábamos en una casa improvisada como oficina en carretera sur, era octubre de 1993, unos meses antes de pasar a Managua..”
Del office boy de 22 años quedan tan solo gratos recuerdos, hoy te encontras con un Jose Maria Promotor de Lectura macizo, creativo, comprometido con el apoyo a la niñez desde la promoción de la lectura , entusiasta del libro y de la infancia carente.
"Un poquito ausente de los programas actualmente debido a que en Diciembre de 2006 fue diagnosticado con Insuficiencia Renal Terminal(sus dos riñones se murieron) pero sobreviviendo a través de las hemodiálisis y siempre con alguna que otra energía por compartir… con los niños"

30 de julio de 2010, Managua. 8:00 PM.

ESTRATEGIAS PARA LEER: ZOOM Y REZOOM EN CONDICIONES ADVERSAS

Una buena manera de leer un libro hermoso y extraño
por José María Campos

Zoom y Rezoom se pueden leer debajo de una sábana, a escondidas, espiando de vez en cuando para no ser descubierto, con un cómplice que se los robe (pase) sin ser visto, ni tomado por sospechoso; se pueden compartir trozos desde debajo de la sábana con ese otro, procurando siempre no ser cogidos “in fraganti”, se puede improvisar un pequeño debate comparativo entre ambas versiones, discutir si Banyai usó el mismo recurso en Rezoom, se puede discutir moderadamente sobre las diferencias, poner en equilibrio la razón, gastar una broma sobre el gato Félix, descubrir que se nos perdió el gigante obelisco en la página 13, aguzar la vista para decidir que no estaba perdido, inferir que el obelisco continúa ahí a pesar de que un hermoso elefante nos prive de verlo en las páginas 14 y 15, siempre a escondidas y aprovechando la tenue luz que se filtra de a poco por la sábana, justamente sobre la tienda de campaña que esconde el regocijo de leer a prisas, asimismo se pueden retornar los libros de donde fueron tomados, saboreando la adversidad, bajarse de la cama, aparecer en público sin temor... Todo lo mencionado se puede hacer en 10 minutos si se desea y sobre todo si no se cuenta con el permiso de la persona a cargo.

Eso tuvimos que hacer AX'l y yo ante la negativa de Krsnr de prestarnos inicialmente Zoom. Ocurre que Krsnr se había tumbado en el piso con todos los cuentos desparramados a su alrededor, mirando, pasando páginas todo por su cuenta, sin solicitar presencia de adulto. AX'l corre y se apropia de Zoom, empieza pleito entre hermanos. Pleito sube de escala; ambos incendiados. Krsnr (3 años) con lágrimas en los ojos y gritos partidos, AX'l (7 años) muy enojado. “Papá, si ni siquiera lo está ocupando”, (a esto, Krsnr tiene en sus manos a Kitamura, Pato está sucio). En realidad, Zoom y Rezoom estaban ubicados en la periferia del conjunto de libros, no eran pues de momento objeto de atención.

Intentamos razonar. Razonar y razonar. Frenético cuidado y apropiación por parte de Krsnr. Sigue dentro de Kitamura, vigilando su posesión, manitas y actitud de cuidador celoso. Calma por parte de ambos, tensión acechante. De pronto, para nuestra sorpresa ocurre un pequeño descuido de Krsnr y lo esperado: papá recoge los dos tomos mencionados y empieza la aventura de leer a escondidas.

Esto ocurrió en nuestra habitación; pareciera de momento una escena bastante silvestre, para gente que anda en esto del libro infantil y sus posibles consecuencias; pero para gente que está atenta a los pequeños detalles que luego pueden ser trascendentes, es algo sublime y no debe escapar a la lupa de observaciones y reflexiones. Me llamó rotundamente la atención, no la escena en sí, sino lo que supone. Ya que un libro como los de Istvan sea materia de discusión y posesión (aparentemente egoísta), me parece que debe ser una escena fuera de los común. Los niños pelean por muchas razones entre ellos, discuten y se gritan pero alegremente, esto ocurrió con un libro infantil. Euforia infantil alrededor de un libro, puedo haber sido con cualquier otro objeto, quizás un helado, un carro de juguete... en fin, el punto de discusión era Istvan Banyai, también pudo haber sido Kitamura, Gomi, Browne o cualquier otro de los muchos que allí habían...

Managua, 14 de enero 2003
FRANCOPHONES: un lien qui n'a rien à voir

¡Mirta Colangelo en el MUZ!!!!

Michèle Petit me escribió amablemente para transmitirme est información. Ya anteriormente hablé del trabajo extraordinario de Mirta Colángelo en Bahía Blanca, Argentina y también del Museo Virtual de Arte para Niños, MUZ, de Claude Ponti (marzo 2010 y dic. 2009 respectivamente).

Las obras de la Fabrica de libros Benteveo estan presentadas en un museo virtual de obras de arte de ninos que se inicio aqui hace unos meses. Se llama el MUZ, fue impulsado por el ilustrador Claude Ponti y se encuentra en 

http://lemuz.org/

Una parte de las obras de los ninos del Benteveo esta presentada en una exposicion, y las otras en una coleccion (asi que pueden "visitar" ambos lugares). La coleccion sera permanente y recuperara tambien las obras de la expo, cuando se termine dentro de unos meses. 

Qué maravilla que el trabajo de Mirta Colangelo circule asi; la gente del MUZ estuvo entusiasmada cuando pudo ver las obras. 

CLAUDIA GABY NÁJERA DE CHIHUAHUA con un nuevo artículo


Ya anteriormente publiqué algo sobre Gaby y su trabajo, ver nov. 2009 en el blog.

EL LECTOR QUIERE SABER…

El lector quiere saber si finalmente el chico cubano se muere o era sólo un sueño, si es válido publicar opiniones contrarias a lo que piensa la mayoría o por qué la mujer de la historia nunca quiso al protagonista a pesar de que era más bueno que el pan.
El lector quiere saber a qué sabrían los guisados derramados sobre la cubierta del barco en la trifulca organizada por los protagonistas a la hora de escapar como quiere saber si hubiera sido posible otro final menos triste para el Principito de Saint-Exupéry.
Otras veces quiere saber por qué el gigante conserva tantas historias para contar, cómo es que el Tío Tacho, siendo tan gruñón, accede a prestarle los patines al pequeño sobrino Panchito o por qué el rey, la reina y el principito fueron a visitar a un niño de clase popular.
También el lector quiere saber qué sucede entre Jorge y Gloria en ese libro intermedio que se nos ha perdido de la biblioteca, como quiere saber cómo nacen las mariposas luego de haber leído cómo nacen los patos y las ranas.
¡A mí me encanta cuando el lector quiere saber! Me asombra que recurran a mí con expresión de búsqueda, como si pensaran que por mi papel de bibliotecaria escolar seguro tengo alguna respuesta. Y luego, cuando les respondo que no sé o que comparto sus dudas, desconectan su mirada de la mía y la lanzan al infinito imaginario, buscando aún. Después de dar una vuelta, que a veces es larga y otras tantas supersónicas, miran dentro de sí hurgando en su bagaje lo que acaban de leer porque, simplemente, quieren saber la respuesta a esa pregunta que como lectores les ha quedado rondando sin querer.
Y cuando el lector quiere saber, mejor aún, cuando me cuentan que tiene esas ganas de saber, no me queda duda alguna que su encuentro con el texto ha sido contundente. No necesito un formulario para verificar las lecturas, como no necesito verificarlas en forma alguna. Yo sé, confío, que entre el lector y el texto se van tejiendo preguntas y respuestas. Lo sé porque, más de una vez, yo también quisiera saber.
Claudia Gabriela Nájera Trujillo
Biblio mariposa que también quiere saber

Este texto es una reflexión que tenía pendiente, después de escuchar varias preguntas de los lectores que visitan la biblioteca. Los libros o textos a que se hace alusión son, en orden de aparición, los siguientes:

  • Las cartas de Alain”, de Enrique Pérez Díaz, editorial Anaya.

  • Publicación de resultados de los “Martes de opinión”

  • El nombre de Cuautla”, de Antonio Malpica, ediciones SM

  • Los piratas de Campeche”, de Miguel Ángel Tenorio, ediciones SM

  • El Principito”, de Antoine de Saint-Exupéry

  • El gigante de la historia”, de Brian Patte, editorial Diagonal Grupo 62

  • Donde habitan los ángeles”, de Claudia Celis, ediciones SM

  • Un lunes por la mañana”, de Uri Shulevitz, FCE.

  • Jorge y Gloria (y Eduardo)”, “Amor y dolor” y “Jelou y gudbay”, trilogía escrita por Tormod Haugen, ediciones Fundación Juan Rulfo

  • Así nace un pato”, “Así nace una rana” y “Así nace una mariposa”, de Claire Llewellyn, editorial Santillana




mardi 22 juin 2010

SOBRE GENEVIEVE PATTE Y MI INICIACIÓN A LA PROMOCIÓN DE LA LECTURA EN LEÁMOS DE LA MANO DE PAPÁ Y MAMÁ...


En el blog de junio, poco pero bueno. Mi amiga, la especialista francesa en libros para niños Geneviève Patte, me autorizó a publicar un fragmento de uno de sus artículos, aparecido en la revista Parapara en los ochenta. Su visión, sus palabras, sus ideas no han perdido ni un ápice de su vigor y su vigencia al hablarnos de selección de álbumes para niños y de su lectura. Aquí les presento la historia de mi relación con ella y de cómo, gracias a su trabajo y sus ideas, me inicié en la Promoción de la Lectura.
Conocí a Geneviève en el Seminario “Leamos de la mano de papá y mamá”, organizado por la misma Embajada, Conaculta México y el CERLALC Centro regional para el Fomento del libro en América Latina y el Caribe, en 2001, en el cual trabajé como intérprete.
Geneviève Patte y Blandine Aurenche fueron las conferenciantes principales. Geneviève es una mujer madura, delgada, de semblante inteligente; la sonrisa fácil, una actitud de escucha permanente, voz y ademanes serenos. Al empezar a traducirla me di cuenta de que estaba trabajando para alguien excepcional, tanto por la profundidad de sus ideas como por la sencillez de su discurso. Fue una de las bibliotecarias fundadoras de la biblioteca infantil de Clamart en Francia, (proyecto piloto de biblioteca infantil por su arquitectura y su innovadora visión) y la iniciadora del proyecto asociativo La Joie par les Livres. Jubilada ahora, se dedica a recorrer el mundo para establecer programas de promoción de la lectura, sobre todo en países en vías de desarrollo. Ha escrito varios libros, entre ellos Laissez-les lire (Déjenlos leer, aparecido en Latinoamérica por el FCE, y La Maison des enfants, sobre la arquitectura y el funcionamiento de la biblioteca de Clamart (con G. Thurnauer y C. Blain, Gallimard, 2006).

Leámos de la Mano... se orientaba hacia la promoción de la lectura en niños de cero a cuatro años y había convocado a más de cuarenta personas de diferentes países (Nicaragua, Colombia, Venezuela, Panamá, Guatemala, Ecuador y México), quienes trabajaban en programas de lectura en zonas difíciles de sus respectivas regiones. No detallaré aquí el contenido de ese seminario, sólo diré que las dos conferenciantes y ese grupo apasionado, jacarandoso, y convencido de su misión, me conquistaron de inmediato. Poco a poco fui quedándome con todos ellos durante mis descansos para escuchar las conferencias, hechizada por el tema y por la gente. Fue una gran suerte el poder trabajar y a la vez aprender tantas cosas de manera acelerada.
Se partía del trabajo de la asociación ACCES (Acciones Culturales contra las Exclusiones y las Segregaciones) fundada en París en los ochenta por la propia Geneviève, Marie Bonnafé, y René Diatkine entre otros psiquiatras y especialistas de la infancia y de la lectura. Esta asociación se propone iniciar a los libros, desde muy temprana edad, a niños cuya situación socio-económica es precaria y constituye un obstáculo para el acceso a la palabra escrita, a la imagen, al fenómeno estético. ACCES ha trabajado durante más de veinte años con pequeños y madres inmigrantes, a veces analfabetas. Su labor la desarrollan en lugares públicos como los consultorios de Protección Materno-infantil, las salas de espera de los hospitales, las bibliotecas públicas, los parques, la calle.
En el seminario hubo análisis de álbumes, estudio de imágenes, de textos, ejercicios de imaginación para leer con niños muy pequeños, prácticas en algunas comunidades de la sierra guanajuatense. Visitábamos estas comunidades, cargando canastas llenas de álbumes (algunos de ellos traídos de Francia por Blandine y Geneviève).
También hubo espacios para que los participantes hablaran de sus vivencias lectoras: ¿Cómo olvidar las experiencias de Chema, soldado y cura en Nicaragua? ¿La leyenda de “María Angula” narrada por la sublime Francis, también de Nicaragua? Las experiencias de Patricia y Graciela desde la Biblioteca del Parque y Fundalectura de Bogotá? Y ¿qué decir de las brillantísimas Carola Dìez y María Elvira Charria, quienes se encargarían poco después de los libros del Rincón de la SEP? ¿Del conmovedor librito de relatos escritos por niños de la calle, coordinados por Aurea, de Río Verde, SLP?

A raíz de ese Seminario, se acordó la organización de una Red en línea donde todos y cada uno de los participantes narraría sus experiencias, expondría sus dudas, compartiría sus descubrimientos y sus lecturas. Esta red funcionó bastante bien durante sus dos primeros años. Hubo intercambios significativos de experiencias, de bibliografía, de interrogantes, de consejos. Fue un foro único para dar mis primeros pasos en la promoción lectura.
Asistí a las dos ediciones siguientes de Leámos... como traductora y participante. Pasaron muchas otras cosas: se hicieron y deshicieron lazos, cambiaron algunas personas, hubo lágrimas y muchas risas, las instituciones tuvieron mayor o menor relevancia, pero el del privilegio de la amistad con Geneviève no cambió y al contrario, se fue fortaleciendo con el tiempo y con el trabajo común. Siempre he pensado que es importante tener figuras tutelares en la vida, gente con mayor experiencia y sabiduría para orientarnos y ayudarnos. Geneviève para mí es una de ellas: me honra y me enriquece.

lundi 21 juin 2010

UN ARTÍCULO DE GENEVIEVE PATTE SOBRE SELECCION DE ÁLBUMES



En los últimos años, en América Latina ha ido creciendo la preocupación por la creación de servicios bibliotecarios que atiendan de preferencia los requerimientos de la población mayoritaria del continente: los niños y los jóvenes.
Por ello, los bibliotecarios, los maestros y los interesados en la promoción de la lectura se han visto en la necesidad de seleccionar libros para dotar las bibliotecas escolares, las bibliotecas públicas y los centros culturales que se han ido creando.
Se han preguntado, entonces, cómo proceder para seleccionar atinadamente, cuáles son los criterios que pueden asegurar una selección adecuada de los libros que interesen a los niños y jóvenes y cómo hacer para lograr una dotación equilibrada.
Muchos han pensado que lo más efectivo es definir procedimientos con claridad, establecer criterios y ceñirse a ellos para lograr una selección objetiva y confiable. Otros piensan que es más importante establecer los criterios de la selección, no de los libros sino de las personas que estarán a cargo de esta tarea. Veámos qué nos dice la especialista francesa Geneviève Patte:

APUNTES PARA LA SELECCIÓN DE LIBROS INFANTILES
(extracto de un artículo para la revista Parapara, sobre la base de una presentación en l'Université d'Été, Francia, abril 1983. Traducción: Gladys Parentelli. Transcripción: Laura Aguirre Lass)

A menudo se nos invita a exponer nuestros criterios de selección: Cómo elegir los libros para nuestros niños. Personalmente, cada vez me siento un poco incómoda para responder. Temo siempre dejar al público insatisfecho o bien permanecer dentro de grandes generalidades, de grandes cosas vagas; temo que el público, al salir de la reunión, sienta que no ha adelantado mucho. ¿Cómo expresarse con matices en el curso de una simple velada? Yo prefiero proponerle al auditorio que busque conmigo, a partir de los libros ilustrados, las imágenes y las historias presentadas, ciertos elementos, ciertas pistas que pueden ayudarnos a distinguir lo que es interesante, lo que es novedoso, de aquello que no lo es. Esto permite a un auditorio, que con facilidad se cree más ignorante de lo que es, descubrir que él también puede elegir con discernimiento si no reprime su sensibilidad en nombre de principios rígidos y teóricos.
¿Cómo escojo mis ejemplos? Impugno de buena gana una cierta cantidad de ideas preconcebidas acerca del gusto de los niños y elijo libros que -según mi experiencia y la de otros adultos- tienen gran éxito entre ellos, a pesar de que no corresponden a los gustos que se les atribuyen habitualmente. De este modo, defiendo la ilustración en blanco y negro. Me opongo al “color a toda costa” que lleva a veces a rechazar obras maestras. Muestro por lo tanto, algunos libros en blanco y negro que son muy apreciados porque en verdad, paradójicamente, algunos libros en blanco y negro pueden estar llenos de matices y de vida. Así, muestro un libro de Arnold Lobel, Hildilid's Night, en el cual el negro, la noche, tiene una presencia intensa y es absolutamente indisociable de la historia.
Muestro y narro también un libro en blanco y negro, Bebé, de Fran Manushkin, que hemos presentado a los niños de la Biblioteca (de Clamart) en su edición original, es decir, en inglés. Frente al éxito inmediato de este libro único, intentamos convencer a varios editores franceses para que lo publicaran. No fue una tarea fácil. Al fin, un editor particularmente audaz trató la experiencia, pero se sintió obligado a agregar color en la cubierta, pensando que así el libro se vendería mejor. Claro que esto no agregó nada, incluso resulta muy artificial. De cualquier modo, lo que importa es la manera de relatar la historia, la eficacia de uno u otro recurso al servicio del relato. Recuerdo particularmente a una niñita a quien yo le narraba Bebé, esa historia tan fuertemente afectiva, y que acariciaba amorosamente ciertas dobles páginas, diciéndome: es un libro feliz.
Estos ejemplos diferentes demuestran que no es posible hacer una adecuada selección de un libro simplemente hojeándolo, mirando rápidamente las imágenes, diciendo: es lindo o no es lindo, ya que se arriesga a una grave equivocación. Lo que importa es la fuerza del relato presentado, tanto por las palabras como por las ilustraciones. Aquí también impugno algunas ideas preconcebidas acerca de la infancia, el sueño, la poesía. Algunos libros ilustrados recientes seducen a los adultos nostálgicos porque sus ilustraciones estetizantes presentan un cierto tono esfumado inmaterial.
Esto me lleva a hablar del realismo a través de ciertos ejemplos. Trato de mostrar que hay diversas formas de realismo; afectivo, psicológico... También en este caso escojo, probablemente para no provocar, imágenes que, a priori parecen abstractas, lejanas, como Petit Bleu et petit Jaune (Azulito y Amarillito), de Leo Lionni, y que sin embargo corresponden a una realidad afectiva: el temor del niño a no ser reconocido por aquellos a quienes necesita y a quienes ama.
Ofrezco también imágenes que fácilmente aparecerían como anticuadas, ajenas a la experiencia de los niños de hoy en día y que sin embargo -por lo concretas y por la ingenuidad precisa de la ilustración- corresponden perfectamente a experiencias infantiles que son universales. Así, muestro imágenes tomadas de la obra de Helen Bradley, Quand nos grand-mères étaient petites (Cuando nuestras abuelas eran chicas). Helen Bradley sabe traducir genialmente esos elementos de la vida de los niños: jugar al papá y a la mamá, hacer comiditas, etc. Aún cuando esto transcurre en Gran Bretaña en el siglo pasado y en un ambiente desahogado, los niños reencuentran sus preocupaciones. El mundo que Helen Bradley propone en sus libros ilustrados existe verdaderamente por sí mismo, y el lector que mira esas imágenes se siente como invitado a entrar en el relato...
Enseguida enseño algunas imágenes de otra ilustradora, que también utiliza el estilo ingenuo. Ella propone un universo que corresponde probablemente a las revistas de decoración de hoy en día, pero el conjunto no tiene vida. Es incluso muy frío, muy estático y los personajes parecen estar actuando. Nos preguntamos cómo los niños podrían sentirse tentados por este universo helado. Me apoyo mucho entonces en las comparaciones. Aquí se trata de dos tipos de ilustraciones ingenuas, una lograda y la otra no, y mi auditorio sabe siempre ver la diferencia. Al comparar, nos dirigimos a la inteligencia y a la sensibilidad de quien lee y descubre, con entusiasmo, que es perfectamente capaz de distinguir lo verdadero de lo artificial.
Este trabajo de comparación que hago con las imágenes, con ilustraciones, lo hago también con textos y disfruto haciéndolo. Por ejemplo, con las diferentes traducciones al francés de Winnie The Poo, de A. A. Milne. Este texto, prodigiosamente infantil, fue traducido por un verdadero poeta en la década de los cuarenta. Su traducción al francés es una maravilla: el lenguaje es extremadamente libre y revela un conocimiento excepcional del niño, de su lenguaje, de su manera de pensar y de sentir, de su lógica. Leo, pues, ciertos pasajes y enseguida ofrezco una traducción reciente, que en mi opinión es un total fracaso. Parece dirigirse al niño escolar que debe aprender a escribir bien, es decir, a evitar -en forma totalmente artificial y torpe- las repeticiones, por dar un ejemplo. Es una especie de “lenguaje bonito” que no tiene interés alguno y que puede hacer creer tanto a los niños como a los padres que está bien escrito, cuando en realidad es lo contrario. Esta forma de narrar, de escribir, crea una distancia entre el niño y su lectura. Comparando diversas traducciones de un mismo texto, comparando las traducciones con su original, ya no es necesario hacer un discurso largo; el auditorio comprende inmediatamente lo que es escribir de manera interesante y sensible para que el niño pueda entrar en el relato. El auditorio es capaz también de descubrir la otra actitud, la del adulto profesor que quiere simplemente mostrar o enseñar a los niños un estilo que no es más que un artificio.
Generalmente, es siempre más eficaz, más interesante hablar de lo que nos toca directamente. Es la mejor manera de entrar en comunicación con el otro y de despertar en él el deseo de acceder a una u otra lectura. El otro puede ser tanto un niño como un adulto. Es esencial provocar en el adulto una actitud auténtica frente a tal o cual libro, pues el placer, tanto como el aburrimiento, se transmite. La debilidad de los adultos pedagogos es, a menudo, exigir a los niños una actitud ante la lectura que ellos mismos no son capaces de asumir. Es necesario que el adulto descubra por si mismo, en la medida de lo posible, el interés de uno u otro tipo de lectura. Sabrá transmitir el gusto por la lectura si él mismo lo tiene, si lo encuentra y si además conoce la gran variedad de libros para niños que existe. La actitud adecuada en un educador es la de reflexionar acerca de su propia práctica, acerca de su manera de vivir sus lecturas y su cultura personal.
A menudo hemos notado que muchos profesores tienen dificultades para dar vida a los libros porque ellos no los leen por placer o bien no reconocen el placer que pueden sentir al leer obras que no son consideradas socialmente como clásicas. Entonces leen un libro y se aferran a él para explotarlo a fondo y transformarlo en un manual escolar. Es entonces indispensable al presentar los libros, hablar de lo que nos gusta y a la vez mostrar la diversidad de actitudes de lectura que puede tener una misma persona.
Es esencial tomar conciencia de la variedad de libros. En todas estas tareas me parece necesario buscar siempre alguna forma de sensibilidad, de verdad, de sinceridad. En lugar de grandes discursos sobre los beneficios de los libros y de la lectura, es necesario más bien tratar de hacer leer, aprender a escuchar, a mirar. Es lo más directo y lo más simple y al mismo tiempo lo más difícil pues estamos llenos de ideas preconcebidas acerca de las lecturas que convienen a los niños, acerca del camino cultural que ellos deben seguir y a cerca de la educación.
Se puede ver también la entrevista que G. Patte concedió a la revista Hablemos, de El Salvador, en la cual habla de su itinerario y de su trabajo: 
http://www.elsalvador.com/hablemos/2004/171004/171004-4.htm