mardi 9 février 2010

CERVANTES Y GARDUÑO EN ESCUELAS DE NEW JERSEY, E.U.



por Lirio GB.
El Festival Musical de Raritan invitó a mi amiga la pianista Ana Cervantes para su concierto de clausura de ese año 2008. Los guitarristas Michael Newman y Laura Oltman, creadores y organizadores del Festival, acogieron con entusiasmo la idea de un concierto multidisciplinario en el cual ellos mismos interpretarían obras de compositores mexicanos y Ana daría a conocer el proyecto “Rumor de Páramo”, piezas para piano inspiradas en la obra de Juan Rulfo. Yo la acompañaría, leyendo extractos de la obra del genial escritor junto con el poeta David Herrstrom..

Además de su vocación musical, el Festival de Raritan se ha preocupado durante sus 19 años de vida por crear nexos con instituciones educativas, organizando presentaciones y conciertos didácticos. Por eso, además del concierto que tuvo lugar el 31 de mayo de 2008, nos pidieron a Ana y a mí a realizar 3 presentaciones en 3 escuelas primarias y secundarias de la región.

Comparto aquí un fragmento de mi diario de viaje:

El 30 de mayo a las 8 en punto, Michael y Laura pasaron por nosotras al hotel. Mañana casi-de-verano, el clima ideal para trabajar con niños. Cathie, una joven voluntaria del Festival, se adelantaba en cada escuela para verificar que todo estuviera listo: sonido, piano, escenario, proyector.

Visitamos en total 3 escuelas, Three Bridges y Whitehouse, primarias, y Franklin Twp., secundaria.
La señora Di Roberto, supervisora escolar de la zona, estuvo presente en las tres presentaciones.

Cada presentación tuvo un público de 120 a 150 niños. En Three Bridges y Whitehouse sus edades iban de 8 a 10 años. En Franklin los chicos tenían entre 12 y 14 años y eran de 6o a 8o grados (equivalente de sexto de primaria y primero de secundaria en México).

Los maestros habían preparado e impreso un volante con el vocabulario de los poemas que leeríamos e insistieron mucho para que les dejáramos ejemplares de mi libro Historias Naturales para trabajar con él en clase de español. También estaba la letra de la canción que cantaríamos al final. Para el día de la presentación, los niños ya habían estudiado los textos de poemas y canción y estaban listos para la música.

El programa se desarrolló como sigue:

Ana Cervantes interpretó una pieza del español Carlos Cruz de Castro, Vértigo en Comala. Ana preguntó a los niños si conocían el significado de la palabra vértigo y también si sabían cómo se dice en español. La respuesta no se hizo esperar y a partir de es momento hubo un oscilar delicioso entre el inglés y el español...

Leí luego en español un poema de mi libro Historias Naturales (que pueden leer en mi otro blog, liriogb-kitito). El proyector mostraba la ilustración de Albina Muñeca Viviente. Ciertas palabras-clave del poema habían sido estudiadas un día antes por los niños en su clase de español. Los invitamos entonces a decir sus significados y a pronunciarlas en español. Ana leyó con mucha gracia su excelente traducción de este poema al inglés.

Michael y Laura tocaron un movimiento del Raritan Triptych, para dos guitarras, reciente composición de Paul Moravec (quien estaría presente también en el concierto). Hubo una interesante conversación con los niños acerca de la palabra tríptico y de la palabra inspiración, siempre en los dos idiomas. “¿Qué nos inspira para crear? ¿qué inspiró el tríptico de Raritan? Pues ni más ni menos que el río del mismo nombre, que pasa por el poblado de Clinton, sede del festival...

¿Qué inspiró los poemas que seguirían? Antes de leer el poema La Gata esa, les conté la historia de mi casa, de mis gatos y de cómo esas cosas me inspiran para crear. Escuchar lecturas en español y en inglés, aprender y repetir palabras nuevas, ver las imágenes y hacer preguntas ... todo hizo que estas tres presentaciones fueran exitosas y realmente interesantes.

Ana tocó la pieza del mexicano Federico Ibarra, Páramo Pétreo, cuyo tema principal es la obsesión, palabra sobre la cual se trabajó con los niños. Al final de una de las presentaciones, pude escuchar a un niño como de 8 años tarareando distraídamente el tema de esta pieza de Ibarra...

Finalizamos con la canción tradicional mexicana El Tecolote, cuya letra tenían igualmente en sus volantes. Cantamos todos juntos, con gran emoción.

Ana me comentó algo que me gustó mucho después de las presentaciones: que al escuchar la voz viva de un poeta que escribe en español, estos niños se dieron cuenta de que el idioma que estudian en la escuela es algo vivo, algo que sirve para comunicar y no el ente abstracto de los ejercicios de aprendizaje de cualquier lengua extranjera. El tener a un poeta y a músicos en vivo constituye un aporte educativo de primer orden que me hace pensar que experiencias como esta deberían reproducirse en las escuelas mexicanas.

Tenemos tantos y tan maravillosos artistas: músicos, poetas, pintores, autores de libros para niños, teatreros... desempleados, sub-empleados o simplemente empleados en otras actividades económicas... ¿Por qué no invertir en cosas así ? Esto debería ser parte de los programas y de la partida presupuestal de la SEP: la educación por el arte. Urge en este país presa de la barbarie, que en la educación se integren elementos humanistas que nos recuerden precisamente que somos humanos y no simples seres biológicos con vocación venal y consumista. Estoy convencida de que el arte (música, letras, pintura, etc.) nos hacen volcar nuestra energía y nuestra reflexión hacia nosotros mismos y hacia los demás, que son un elemento integral del pensamiento crítico, que hacen que la vida tenga relieve y sentido. Quizá si no se invierte en educación es porque en México se piensa siempre a corto plazo (lo que dura un sexenio...), y que educar es como sembrar una planta: paciencia y cuidado son necesarios. El mediano y largo plazo no forman parte de nuestras preocupaciones. Y a fuerza de querer todo de inmediato estamos quemando la riqueza futura, la posibilidad de que este país, algún día sea algo mejor...

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