jeudi 4 mars 2010

Una maestra de Chiapas nos comparte su experiencia lectora


Y ese ser maravilloso, ese hombre en potencia ante el cual se doblega la Naturaleza, os ha sido confiado, mejor dicho, os será confiado a vosotr@s...
Josefina R. Aldecoa

COMO LLEGUE A SER MAESTRA
por Jisela Noemí Ortíz Monzon

“Maestra” es una palabra de un gran significado, quizás una utopía, hoy a casi 24 años de servicio todavía creo que nunca llegaré a ser “maestra” en la extensión de la palabra, en el sentido inmenso que encierra el concepto, pues un maestro se va forjando día a día a partir de los fracasos y los aciertos en un largo camino recorrido, enfrentándose diariamente a lo desconocido, a nuevos retos que implica el hecho del continuo desfilar de grupos de niños diferentes que pasan por nuestras aulas con los cuales debemos cumplir la misión que nuestra profesión nos exige. Pero… ¿Como inicié ese recorrido? Es el punto de partida, por el cual estoy ahora aquí escribiendo esta experiencia y creo que fue como un designio, orden, o determinación, un deseo ajeno, tan ajeno que fui haciendo propio, hasta convertirlo en mío, cuando desde la infancia escuchaba la voz autoritaria de mi padre — ¡Tu vas a estudiar para maestra!... —Cuando salgas de la secundaria ¡vas a entrar a la normal para maestros! Bajo esa amenaza, transcurrieron los años de estudio de primaria, secundaria y el gran día llegó, la consigna se empieza a vislumbrar cuando él mismo me acompaña a sacar ficha y a presentar el examen en la Escuela Normal, así inicia esa gran aventura de ser “maestra” tantos recuerdos en la memoria, tantas vivencias que relatar que bien podría estructurar una obra gogoliana, pero no, me dedicaré a relatar lo mas significativo.

En el primer año de servicio ya como maestra de base, me toco trabajar en la selva lacandona, allí si me enfrente a la cruda realidad como dijera Eduardo Galeano “anduve hacia la lejanía, hacia la soledad, donde todo parece cosa del jodido destino” y llegué y vi. Ixcàn, una ranchería en medio de la selva, una escuela que ante mis ojos y mi pobre experiencia no era escuela, 62 niños de diferentes edades y grados que atender, una galera forrada de varas, unos palos y tablas atravesados en el aula para sentarse y escribir y … una soledad inmensa. Esa era la escuela Manuel Acuña de Frontera Ixcàn. El primer día de clase intenté trabajar con todo el grupo de primero a sexto grados, todos amontonaditos en el aula ¡imposible! entonces ese mismo día cité a los padres de familia a una reunión urgente y les propuse que para el día siguiente permitieran que los niños de cuarto, quinto y sexto se presentaran a las 2 de la tarde y los de primero, segundo y tercero de 8:00 a 1:00, todos estuvieron de acuerdo y así se inició mi doble jornada de trabajo por un mismo salario pero eso no era importante porque mi prioridad en ese momento era lograr que los niños aprendieran, poniendo en práctica mis escasas herramientas de trabajo las cuales no recordaba que algún maestro en los 4 años de normal básica me hubiera enseñado.

Fue allí cuando tome conciencia de la necesidad de aprender a enseñar pues en cada jornada de trabajo descubría y aceptaba que “no sabía enseñar” ni mucho menos sabía enseñar a leer a los niños de primer grado y que tenia que buscar ayuda, información, ideas que me permitieran cumplir de manera aceptable mi labor docente ¡Quería llegar a ser maestra! Quiero decirles que para llegar a ser maestr@ es necesario estar concientes de nuestras carencias pedagógicas y tratar de superarlas, pues si te dejas envolver por la rutina llegas a convertirte en un “mercenario” de la educación y eso no es justo ni para ti ni para los niños que pasan por tus manos para recibir educación pues como bien describe Josefina Aldecoa “La joya más preciosa carece de valor si la comparamos con un niño. La planta más hermosa es sólo una pincelada de verdor; la máquina más complicada es imperfecta al lado de ese pequeño ser que piensa, ríe y llora” eso son nuestros alumnos y mientras no tengamos una visión interna, profunda de lo que significa nuestra profesión no nos desempeñaremos con la calidad que requiere nuestra misión.

Así es como inició mi formación personal, incontables autores han pasado por mi vida, de los cuales he retomado saberes que me permiten crecer día a día (Bruno Bettelheim, T. Colomer, Alison Garton, Gloria Hinostroza, Frank Smith, Emilia Ferreiro, Margarita Gómez Palacio, Gerardo Ciriani, Laura Aguirre, Alejandra Pellicer, Sofía Vernon, Miriam Nimerovski…) estoy plenamente convencida que para “llegar a ser maestr@” es importante tener la necesidad de serlo y buscar las herramientas que te permitan un crecimiento profesional, la preparación personal es indispensable, pero mas importante es; ponerlo en práctica en el aula, con los niños, atreverse a desarrollar todo aquello que has aprendido en tu interacción con los libros, con las ideas y experiencias de otros, de los que estudian sobre el aprendizaje de los niños, de los que han puesto en práctica nuevas metodologías y nos comparten sus experiencias exitosas pero también es vital trabajar con ética, profesionalismo y amor hacia nuestros alumnos porque nadie nace sabiendo ni mucho menos los conocimientos les llegan por arte de magia, ni con los años de servicio rutinarios, en soledad, de trabajo individual, es necesario desprendernos de nuestros temores, egoísmos, rutinas, pereza mental y apatía para poder crecer intelectual y profesionalmente para llegar a ser los maestros que nuestra sociedad, nuestros hijos y los niños que son el futuro de nuestro país necesitan.

¿Cómo llegue a ser maestra? Pues de esa manera, preparándome, poniendo en práctica nuevas metodologías y estrategias de trabajo, cometiendo errores y aprendiendo de ellos, atreviéndome a experimentar los nuevas propuestas pero sobre todo actuando con responsabilidad y amor a mi profesión.

Aprendí a descubrir, disfrutar y hacer míos los logros de cada niño, a levantarle su autoestima pues el éxito de cada uno de ellos, es mi propio éxito. En esta profesión no he logrado tener un gran crecimiento económico, pues el sueldo de un maestro de primaria es apenas suficiente para sobrevivir, pero puedo decir que he logrado crecimiento intelectual; mi vida en la docencia se ha llenado de grandes satisfacciones académicas tangibles y todo ello es gracias a los niños que son la inspiración y los precursores de mis grandes logros. A ellos les estaré eternamente agradecida pues ¡me han enseñado a ser maestra!

Jisela Noemi Ortiz Monzon
autobiografia

Jisela Noemi Ortiz Monzon nació en el Rancho Argelia Municipio de Tuzantan del Estado de Chiapas Mèxico, el dìa 6 de julio de 1962 curso la Primaria y secundaria en la ciudad de Huixtla, Chiapas. A los dieciseis años, entro a la escuela Normal para Maestros Dr MANUEL VELASCO SUAREZ en Huehuetan, Chiapas. Ha trabajado en las Escuelas Primarias de Ixcan (selva lacandona), Chacamtel y Santa Martha (Municipio de Ocosingo), y Motozintla, Chiapas. Ha sido integrante del Equipo Tecnico Estatal de Asesores de Rincones de Lectura y del Equipo Tecnico Estatal de Asesores de Salas de Lectura. Ha tenido reconocimiento a nivel Estatal y Nacional por Mejor Estrategia Didactica con la Estrategia denominada “El Comal le dijo a la Olla” convocada por e PRONAP Ha colaborado en la creacion de la secuencia didactica “Cocinando la Escritura” del Banco de Secuencias Didàcticas en linea del Programa Nacional de Lectura a Nivel Nacional.
Con el Apoyo Incondicional de Martha Acevedo y Gerardo Cirianni, publicó escritos de los niños de la Escuela Ignacio Allende, de Motozintla Chiapas, “LOS REYES EN MOTOZINTLA” en el Suplemento Sabatino “ 1,2,3 POR MI ” del periòdico La Jornada

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