jeudi 2 février 2012

Nuevos Aires para "Leamos de la mano de papá y mamá"



Small is beautiful.
Celebración, crónica y propuesta para Leamos de la mano de mamá y papá
Carola Díez
Presentación:  Lirio Garduño
He hablado mucho en este blog de cómo me inicié en la promoción de la lectura. Habiendo participado como intérprete en la 2a edición del Seminario Internacional “Leamos de la mano de papá y mamá” en 2001, fundé la Sala de Lectura Perro Azul y me integré a la Red virtual creada por el CERLALC para registrar y compartir las experiencias de lectura de los participantes a las cuatro ediciones del Seminario (2000-2003). Aprovechando la presencia de Geneviève Patte y María Elvira Charría en la ciudad de México, decidimos reunirnos y festejar, hablar de nuestros logros, compartir nuestras esperanzas. Reunión física a la vez virtual, por Skype, con los compañeros de Centro y Sudamérica. He aquí la crónica de la maravillosa Carola Díez, y su proyecto para que Leamos siga viviendo:

  1. La crónica
Llegó el 26 de octubre, finalmente. Un martes por la tarde que logramos capturar de las apretadas agendas de casi todo el mundo, como quien atrapa una mariposa en pleno vuelo. Decenas de mails habían ido y venido desde tres semanas atrás, hasta que al final los astros decidieron de una buena vez alinearse y acá estaban, en México, las dos mujeres que hicieron nacer este proyecto poderoso. María Elvira y Genevieve. No íbamos a desaprovechar la ocasión.
De algunos, sabíamos que no podrían estar: Leo tuvo que quedarse en Colima a atender su centro de yoga y meditación, no podía dejarlo. Mandó hermosas palabras de saludo para todos. Gialuanna de Xalapa estaba presentando algo de sus estudios, allá por Michoacán, también mandó abrazos escritos y l deseo de ponerse en contacto. Mayela de Morelos andaba en un congreso también, envió besos. Liliana Pérez a último momento avisó que no llegaba desde Guanajuato. Algo se le atravesó también a Rosi, que estaba puestísima para participar. Jesús es seguro que andaría con la preparación del encuentro de Salas de Lectura, programa que él coordina y gracias al cual pudimos tener a María Elvira y Genevieve en México. Liliana Rodríguez estaba en Washington visitando a su hija, que estudia allá; dejó muchos cariños y el compromiso de seguir en contacto. Eva andaba ocupadona también. A Arturo Lázaro de Puebla y Aurea de San Luis no logré contactarlos.
La cita era a las cinco, en casa de Sandra y Paty. Grandes anfitrionas, nos esperaban con el mejor café del mundo, una dotación de excelente tequila y unas cuantas chelitas. Sandra cocinó un spaghetti y unos nachos bien buenos, y se dio a la tarea de digitalizar unas cuantas fotos de tiempo atrás, donde aparecemos todos en diversas situaciones de lectura y alegría. Andaba por ahí Fabiola también, llevando y trayendo, conversando y recibiendo con su sonrisa amplia.
Fuimos llegando, y los abrazos sucedían al apurado chisme, había que ponerse rápidamente al día después de años de no vernos. Martha Alicia, de Zacatecas, llegó cargada de unos libritos que hicieron con el taller de plástica que su hija coordina con niños, y en el que están juntas. Contó que tienen como once mil libros allá en Zacatecas, que batallan un poco pero que ahí le siguen dando. Odilia (¡que ya es abuela!) se vino en camión el mismo día, y se regresó a Pátzcuaro al terminar la reunión. Llegó con unos libros de historia local que anda repartiendo en las escuelas, un poco agobiada con el cierre de administración del gobierno donde trabaja, pero brillante y feliz, con la sonrisa luminosa y colmilluda de siempre. Llegó Néstor procedente de Tláhuac, convertido en un gran maestro, un auténtico veterano y pionero en muchos campos, que ha visto crecer a sus pequeños lectores y volverse a su vez promotores excelentes. Laura Aguirre llegó un ratito, con mamá, esposo y bebé; no se quedó mucho tiempo porque estaba esa misma tarde la presentación del libro “De cómo cocinaban las abuelas”, una recopilación de historias de vida, en el que Laura participó como coautora. Se la veía completa, contenta, serena y en paz. Y por supuesto, Lirio, puente y hallazgo, rarísima y única, atenta y clara artífice de este encuentro. Sin ella, muchas cosas de antes y de ahora no hubieran sido posibles. Estaba Ana Arenzana, pequeña, con sus manos mariposas y los recuerdos precisos.
Y en eso, aparición triunfal de María Elvira y Genevieve, que llegó traída por Cristina Álvarez, editora de Tecolote y gran amiga. Vivas, radiantes y llenas de energía. La emoción del reencuentro, el deambular sin tregua entre grupitos que se hacían y se deshacían para compartir aventuras y derroteros, novedades y noticias. Tequila, cervecitas, café y vino; ricas botanitas y una montaña de panes de muerto que trajo Néstor directamente de su fiesta en Tláhuac (hubo quien se llevó unos itacates considerables, y aún así sobró un montón.
Desde la compu fueron llegando algunos otros invitados ilustrísimos: Patricia Correa desde Colombia; Chema de Nicaragua con sus hijos y sus ojos brillantes por la esperanza; Graciela Prieto que incluso se animó a brindar con un roncito allá en Pereira (creo), donde andaba en un seminario, con su hijo Andrés. Estuvo Olga desde Panamá, contando discreta la enorme cantidad de cosas que ha estado haciendo por la lectura en su país, como una hormiga constante y orgullosa. Olga sigue en contacto con Francis de Nicaragua, pero ella no pudo conectarse esta vez. Por supuesto la querida Adriana Rodríguez desde Venezuela, que llegó puntualita a la cita con skype, y se fue emocionando, como todos, cada vez más a medida que se sucedían los rostros conocidos. Con cada uno de ellos se sentó Genevieve, asistida siempre por SúperLirio, y con cada uno conversó un rato, escuchando con toda su atención y toda su simpatía, compartiendo el talento, largamente pulido, para mirar dentro de las personas.
Fue un reencuentro memorable, con la mejor onda, prometedor y maravilloso. María Elvira y Genevieve insistieron en que había que recuperar el proyecto, y de inmediato se tomó la iniciativa de hacerlo. Más adelante en este mismo texto, los detalles de la propuesta.
Al día siguiente, Genevieve habló frente a representantes de Salas de Lectura de todo el país. Habló largo y tendido de la experiencia de leamos de la Mano, diciendo cosas hermosas y emocionantes. Que había sido una de las experiencias más hermosas en su vida profesional. Que se trata de un proyecto que inspiró iniciativas en lugares tan remotos como Túnez y Armenia. Que nos considera pioneros en muchos sentidos; que hay referencias amplias a nuestros trabajos en el libro que acaba de publicar en el Fondo de Cultura Económica* (hay que conseguirlo ya, estaba agotado ese día). Yo lloraba y lloraba desde la última fila, sintiendo en mi interior cómo había madurado esa semilla absolutamente excepcional que se sembró con el siglo en este grupo. Un agradecimiento enorme como un árbol me iba creciendo desde dentro. Ella cristalizó el espíritu de Leamos en la frase small is baeutiful, lo pequeño es hermoso. Define la mirada, lo importante, nuestros límites como espíritu de grupo.

  1. La propuesta
Total: que hay que renacer. Así nomás, después de estos años de stand by, en los que hemos ido creciendo y desarrollando en distintas direcciones nuestra energía, la idea es retomar las premisas originales. Sencillas, nítidas, cuidadosas y accesibles.
Concretamente, se propone que abramos un blog para iniciar este reencuentro. Un espacio donde cada uno pueda ir poniendo su experiencia, idealmente en forma de registros de la experiencia directa de lectura con otros, uno a uno, tal y como comenzamos. Arranquemos nuevamente a interesarnos por leer y comentar la labor de los compañeros, como cuando iniciamos la red hace once años. Estoy más que segura que desde este espacio iremos encontrando rumbos para crecer juntos. Pero muy poco a poco, fieles al espíritu de lo que hacemos.
Puedo encargarme de montar este blog, que espero esté listo a principios de diciembre, para que enero nos agarre con el equipo listo para iniciar. También de animar la parte inicial de este trabajo, para luego volver al esquema rotatorio (¿recuerdan?). Creo que estamos listos y deseosos de hacer las cosas con fuerza renovada y superando pequeñeces del pasado. Hoy sabemos mucho mejor en dónde estamos y de qué puede tratarse esto.
Yo arranco este mes un grupo de lectura en el parque Pushkin (qué tal el patrocinio, ¿eh?), cerca de mi casa. Estaré reportando desde ahí, desde el grupo que se reúne periódicamente a mirar libritos y desde mis talleres habituales. Cada uno reporte desde sus espacios vivos de lectura compartida.
Recuperemos las premisas de gratuidad de los espacios, el hecho de que este siempre fue un proyecto de personas, no de instituciones (aunque no niega la relación eventualmente con algunas instituciones, siempre lo importante es la gente que lo conforma), la importancia central de la calidad de los materiales y la mediación que ofrecemos, la horizontalidad de nuestra organización y el respeto a la diversidad de nuestros espacios y nuestras maneras de trabajar.
Y bueno, estuve pensando en nuestro nombre. Y me puse a jugar a definirlo, separando cada palabra y escribiendo lo que me iba apareciendo en el contexto de esta propuesta. Si alguien quiere retomar el juego y agregar, cambiar, quitar o transformar cosas, sería una manera lúdica de discutir y asentar nuestros principios. Para romper el hielo, y sin estar de ninguna manera libre de pecado, arrojo la primera piedra en el estanque, esperando que las ondas sean muchas, y fuertes, y lleguen lejos. Un abrazo a todos y todas.

Leamos: hagamos juntos una mirada al mundo que compartimos; mirémonos mutuamente, ofrezcámonos al otro. Usemos las herramientas de nuestra cultura. Ejerzamos nuestro derecho al goce estético, garantizando a la vez el placer del vecino. Elijamos, hablemos, pensemos conjuntamente, mantengámonos disponibles a los otros: a la persona que comparte su tiempo con nosotros, y también a “ese otro” que viene desde el libro y nos habla. Escuchémonos con toda nuestra atención y toda nuestra simpatía. Y hagamos todo esto a bordo de uno de los vehículos más bellos y veloces del mundo: los libros para niños.
De la mano: a la par. Nadie adoctrina a nadie. Cooperación sin mando. Te enseño y me enseñas. Me muestras tu parte del camino y te muestro la mía. Nos ayudamos y nos sostenemos. Parte importante de ese soporte lo constituye la confianza mutua, y el estado de asombro permanente, de maravilla ante el ser humano del cual vamos pasando las páginas. Nuestra actividad está basada en el principio de voluntariedad y de común acuerdo.
De: implica pertenencia. Se trata de garantizar el derecho a la pertenencia. En el menos posesivo de los sentidos. Ser de uno mismo, sentido de libertad. Pertenecer al mismo tiempo a una familia, un grupo, una comunidad nos coloca como depositarios de una historia y merecedores de un futuro. Apropiarnos y cedernos a la vez a la corriente que generan los libros compartidos, las herramientas de nuestra cultura, que nos corresponden por derecho.
Mamá: Mamás biológicas. Cualquier mujer que sea capaz de asumir momentánea o constantemente una relación de sostén emocional, intelectual y físico con un niño o niña, basada en el amor y el respeto. Quien esté dispuesta a compartir un poco de su tiempo. El término da la bienvenida a abuelas, tías, madrinas, hermanas, cuidadoras, maestras, y un largo etcétera.
Y: Implica inclusión. Dice que entre nosotros el pensamiento diverso es una premisa. Que hemos decidido conscientemente cambiar el “ustedes o nosotros” por un mucho más interesante “ustedes y nosotros” De la diversidad partimos, en la diversidad convivimos.
Papá: Papás biológicos. Cualquier hombre que sea capaz de asumir momentánea o constantemente una relación de sostén emocional, intelectual y físico con un niño o niña, basada en el amor y el respeto. Quien esté dispuesto a compartir un poco de su tiempo El término da la bienvenida a abuelos, tíos, padrinos, hermanos, cuidadores, maestros, y un largo etcétera.



Geneviève, Odilia de Michoacán, Martha Alicia de Zacatecas

Adriana, desde Colombia

Néstor, de la Sala Justita Arenas, con Geneviève
*Se trata de ¿Qué los hace leer así?, G. Patte, FCE, traducido por mí.   

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